El grupo yihadista Estado Islámico (EI) perdió en 2016 casi un cuarto (23%) del territorio que controlaba en Irak y en Siria, un retroceso que amenaza su "cohesión", según un estudio publicado el jueves por el gabinete de análisis IHS Markit.
Entre enero de 2016 y finales de año, la superficie del "califato" proclamado por el EI en ambos países pasó de 78.000 km2 a 60.400 km2, es decir, una zona comparable a la mitad de un país como Corea del Norte, explicó la firma, con sede en Londres.
(Mapa que muestra los cambios en tiempo real del territorio de ISIS en Irak y Siria)
En 2015, el territorio controlado por los yihadistas ya disminuyó un 14%, pasando de 90.800 km2 a 78.000 km2.
ISIS "ha registrado pérdidas territoriales sin precedente en 2016, principalmente zonas cruciales para el proyecto de gobierno del grupo", subrayó un analista del IHS, Columb Strack, citado en el estudio.
Al grupo EI, esto le plantea el riesgo de deserciones hacia grupos yihadistas rivales en Siria, o incluso de un posible estallido interno
"Y esto, pese a la reconquista de Palmira en diciembre", subrayó, refiriéndose a la antigua ciudad siria, inscrita en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco, reconquistada por los yihadistas mediante un contraataque relámpago.
Como destaca el IHS, el grupo EI registró una serie de derrotas militares en 2016, con la pérdida en Siria de las ciudades de Dabiq o Manjib y, en Irak, de las de Ramadi o Faluya.
Según IHS, las pérdidas territoriales de ISIS comportaron disensiones internas en la manera de responder a ella, que amenazan la "cohesión" del grupo.
"Al grupo EI, esto le plantea el riesgo de deserciones hacia grupos yihadistas rivales en Siria, o incluso de un posible estallido interno" del Estado Islámico, consideró otro experto del gabinete, Ludovico Carlino.
El miércoles, responsables militares anunciaron la liberación de la parte este de Mosul y el IHS considera que la ciudad iraquí podría quedar completamente reconquistada "antes de la segunda mitad del año".
La reconquista de Raqa, en Siria, podría resultar más problemática, advirtió el IHS, subrayando que la ciudad constituye "el corazón del grupo Estado Islámico".
El gabinete afirma que, probablemente, se necesitará "una amplia intervención terrestre" en 2017 para expulsar a los yihadistas, dirigida por un actor exterior como Estados Unidos, Turquía o Rusia; así como la actuación de las fuerzas del presidente Bashar Al Assad.
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