La princesa de Mónaco reveló los momentos más duros de su infancia, marcada por la guerra civil en su Rodesia natal, de la que huyó cuando aún era una niña. Tenía tan solo 11 años cuando debió instalarse en Sudáfrica junto a su familia.
Sé lo que es hacer kilómetros a pie bajo la lluvia al volver de la escuela
Aunque su actualidad rodeada de lujos confunda, la princesa fue una refugiada más. "En Sudáfrica tuve que enfrentarme a la segregación racial. Me separaron de otros niños. He sido testigo de injusticias y desigualdades por las cuales los niños pueden resultar particularmente afectados. Estoy orgullosa de pertenecer hoy a un principado que ha hecho del combate por los derechos una prioridad".
Según detalló Paris Match, el viaje le hizo revivir esos duros momentos de su infancia. "Cuando yo era niña, tenía que terminar mi plato por respeto a la gente que no muy lejos de nosotros moría de hambre… Desperdiciar la comida o el agua era un sacrilegio", compartió emocionada Charlène, que se alegra de la suerte que han tenido sus hijos porque "pueden sentirse protegidos".
Sus padres lucharon para garantizar su futuro y ella los homenajea cada vez que puede. "Mi padre tenía dos empleos, mi madre daba clases de natación", reveló Charlène, que recuerda que tuvo que utilizar ropa de segunda mano de familiares mayores que ella y también de organizaciones que le facilitaban abrigo.
"Sé lo que es hacer kilómetros a pie bajo la lluvia al volver de la escuela", recuerda la princesa. Ahora todo es distinto. Luego de su medalla olímpica como nadadora, conoció a Alberto de Mónaco, se casaron, ella se convirtió en princesa y ahora tienen dos herederos.
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