Un asesor de la oficina del presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, aseguró este martes en el Foro de Davos que Washington no quiere una guerra comercial, pero sí quiere hacer sus acuerdos comerciales más simétricos en beneficio de los trabajadores estadounidenses y que China debe tener este deseo en cuenta.
Su mensaje fue pronunciado sólo unas horas después del discurso de Xi Jinping en el que el presidente del gigante asiático hizo una defensa de la globalización y criticó el proteccionismo apoyado por Trump, asegurando que "nadie saldrá ganador de una guerra comercial". Sin embargo, el estadounidense apuntó que el magnate "quizás sea la última gran esperanza para la globalización".
"Estados Unidos y China tienen una causa común. Tenemos unas relaciones muy fuertes y también considero que los EEUU y la nueva administración no quieren tener una guerra comercial", recalcó Anthony Scaramucci, miembro del equipo de transición de Trump, durante un debate del Foro Económico Mundial.
Scaramucci, quien será asistente y director de la oficina de Relaciones Públicas de Trump a partir del próximo viernes, señaló: "Lo que quisiéramos es un proceso comercial libre y justo".
Según argumentó, desde el Plan Marshall lanzado en 1945, se aplicaron tratados comerciales asimétricos para los Estados Unidos. "Permitimos que los bienes y servicios llegasen libremente a EEUU, pero también permitimos que nuestros bienes y servicios quedasen embargados en otros países al tratar de ayudarlos a mejorar sus estándares de vida", explicó.
Según considero, ese proceso ha funcionado "fenomenal" durante los últimos 71 años y la interdependencia económica que ha creado "ha llevado a menos conflictos globales". Ahora, después de 71 años, "todo lo que pedimos es crear más simetría en estos acuerdos comerciales".
El futuro funcionario resaltó que "en los últimos diez años, ocho millones de estadounidenses" han pasado a formar parte de los "trabajadores pobres" y recalcó: "Tenemos que crear políticas para cambiar esto. Si China realmente cree en la globalización, debe acercarse ahora a nosotros y permitirnos crear esa simetría".
Scaramucci opinó que "la mitad de la globalización la aportan los trabajadores y la clase media estadounidense" y que si Washington logra crear más poder adquisitivo, habrá "más comercio, paz y prosperidad global".
"Al final del día, de forma paradójica, el presidente Trump quizás sea la última gran esperanza para la globalización, porque se centrará en solucionar algo internamente en EEUU a fin de crear un mercado más pujante", aventuró.
En cuanto a las declaraciones de Trump sobre el carácter "obsoleto" de la OTAN, su asesor defendió que el presidente electo no quiere desmantelar la Alianza sino apuntar a cosas que se pueden mejorar. "Lo que dice es que en 2017 quizás deberíamos centrarnos menos en luchar contra el comunismo y más en hacer potencialmente frente al radicalismo islámico", afirmó.
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