La presidenta de Taiwán Tsai Ing-wen partió este sábado con destino a Estados Unidos, una escala que China mira con recelo, antes de una gira por Centroamérica para reafirmar los vínculos estrechos entre la isla y el istmo.
La llamada de felicitaciones de la mandataria taiwanesa al presidente electo norteamericano Donald Trump el mes pasado crispó al gobierno chino, en un marco de crecientes tensiones a medida que se acerca la llegada del magnate a la Casa Blanca el 20 de enero.
Aunque el objeto de su viaje sea la visita de nueve días a los aliados de Taiwán en América Central, las escalas de Tsai, a la ida y a la vuelta, en Houston este fin de semana y San Francisco el próximo, generan malestar en Pekín.
La conversación telefónica de Tsai con Trump en diciembre tras su victoria electoral puso fin a décadas de una política norteamericana que consistió en ignorar a la isla rebelde de Taiwán en beneficio de la poderosa China continental.
Desde entonces, China incrementó sus ejercicios militares cerca de Taiwán, especulándose incluso que su flamante portaaviones podría aproximarse al estrecho de Taiwán, durante o poco después del viaje de la presidenta.
Esos ejercicios navales son vistos como una demostración de fuerza de Pekín, a medida que se deterioran las relaciones con la isla y con Estados Unidos.
Pekín pidió a Washington que impida a Tsai atravesar el espacio aéreo de Estados Unidos.
"Un tránsito es un tránsito", aclaró la mandataria la semana pasada a la prensa, cuando le preguntaron si se reuniría con alguien del futuro gabinete de Trump.
El propio Trump pareció descartar un contacto con Tsai durante este viaje, al comentar que resulta "un poquito inapropiado" tener reuniones con quien sea antes de asumir funciones el 20 de enero.
Lo que a China más le importa es un eventual encuentro entre Tsai y Trump
La presidencia taiwanesa no reveló detalles del itinerario de Tsai durante sus escalas en Estados Unidos.
"Son formas de advertencias para ver cómo reacciona Taiwán y probar las aguas con Estados Unidos", comentó Liao, profesor en la Universidad nacional taiwanesa Sun Yat-sen.
Por otra parte, Tsai visitará Honduras, Nicaragua, Guatemala y El Salvador, que forman parte de la lista estrecha de países que reconocen a Taiwán.
A Taiwán le quedan 21 aliados en el mundo tras la deserción del pequeño estado africano de Sao Tome y Príncipe, que reconoció a Pekín el mes pasado.
El Vaticano es el respaldo más importante, pero la reciente mejora de relaciones entre el papa Francisco y Pekín hace temer a la isla un deterioro de la suya con la Santa Sede.
Con información de AFP.