Hace una década la cirugía cosmética en los genitales femeninos tenía un único objetivo en la India: la reconstrucción del himen. En una sociedad patriarcal, la membrana asociada a la virginidad debía estar perfecta el día de la boda de las jóvenes. Pero en estos años el sometimiento de la mujer a la voluntad masculina ha aumentado, con la introducción de lo que se ha convertido en una moda y una polémica: la cirugía plástica para tener una "vagina de diseño", según promociona un grupo creciente de médicos.
En su página de internet, la ginecóloga Sejal Ajmera-Desai dedica una sección a la especialidad: "Enciende tus deseos íntimos. No sólo se puede esculpir el cuerpo… Inclusive a las áreas más íntimas se les puede dar un aspecto de diseño. Deseas ser hermosa desde el exterior, ahora también puedes elegir lucir hermosa desde el interior".
La cirujana no se refiere al intelecto o la espiritualidad. Se refiere a estrechar el canal vaginal, reducir la capucha clitorídea o alisar y recortar los labios mayores y menores. Son las cirugías estéticas con mayor demanda popular en esta nueva fiebre en la India. Las fotos ilustran —con los típicos carteles "antes" y "después"— lo que propone la "primera cirujana estética vaginal" del país.
Aunque no existe prueba científica de que estas operaciones den ese resultado, Desai las promociona "para una excitación y un placer sexual mayores, y para corregir la flaccidez y las arrugas que suceden con la edad". También ofrece lo que ha convertido en una suerte de marca informal, "el look Barbie": "Es como tener la vagina de una recién nacida".
La web Scroll, que reveló la tendencia nueva en el artículo "As more Indian women line up to get 'designer vaginas', some doctors ring ethical alarm bells" ("Mientras más mujeres indias hacen fila para tener 'vaginas de diseño', algunos médicos hacen sonar las alarmas éticas"), advirtió sobre esas operaciones innecesarias.
"Aunque estas cirugías se realizan de manera rutinaria en los países desarrollados, algunas asociaciones profesionales han dicho que es necesaria más evidencia científica antes de que se pueda ofrecer este procedimiento a los clientes", se lee en la nota. "Además, los críticos argumentan que está mal que los médicos impongan estándares de belleza a partes del cuerpo".
Lo normal se vuelve feo
Si la muñeca Barbie traumatizó a generaciones en todos los continentes por impulsar un modelo de mujer sexista y racista, el auge de esta cirugía plástica presenta la paradoja de que, aun cuando la sexualidad femenina es poco discutida e inclusive tabú en muchos lugares —entre ellos la India, donde se da este fenómeno de demanda—, se establece de pronto un ideal de belleza de la vagina."Algunos médicos también se preocupan por los valores estéticos que se asocian a los genitales", escribió la autora del texto, Priyanka Vora. Citó a la ginecóloga Aparna Hedge: "Cuando empleamos palabras como 'estética' se presenta una preocupación genuina: ponerle etiquetas al aspecto de nuestras partes privadas, lo cual contribuiría a los sentimientos de vergüenza sobre el propio cuerpo y a convertir lo normal en feo".
Pero la cuestión que más preocupa a los profesionales de la salud es que esta moda implica operaciones delicadas que no tienen indicación médica. "El Colegio Real de Obstetras y Ginecólogos ha advertido, en su documento sobre opinión ética, que 'los clínicos que ofrecen cirugía genital cosmética femenina deben tener conciencia de que están operando sin un base clara de evidencias'", citó el trabajo. También a la institución equivalente en Canadá: "Hay muy poca evidencia para sostener cualquier cirugía genital cosmética femenina en términos de mejora de la satisfacción sexual o de la imagen propia".
Estas instituciones solicitaron a los médicos que no realicen publicidad, como si fuera un producto de consumo, de una práctica médica. El cuerpo británico apuntó a las consecuencias negativas de estas cirugías: "Luego de la labiaplastía, puede ocurrir un daño de largo plazo a la sensibilidad y la función sexuales, porque la cirugía puede afectar la inervación [el funcionamiento de los nervios] con consecuencias para la capacidad de sentir". El Congreso de Obstetras y Ginecólogos de los Estados Unidos, agregó la autora, señaló por su parte las complicaciones potenciales: infección, sensibilidad alterada, adherencias y tejido de cicatrización".
¿Popularidad o mandato?
Desai argumentó que su labor se limita a permitir que una mujer y su pareja tengan "mejores relaciones sexuales" y a "mejorar el aspecto del área". Citó que para algunas mujeres luego del parto la vagina adquiere un aspecto extraño, y que quieren volver a verlas como eran.
Sin embargo, muchas de las operaciones se realizaban bajo la influencia de una pareja masculina; de hecho, las intervenciones para extender el pene o aumentar su contorno tienen una demanda sensiblemente menor. La pornografía juega un papel en la expectativa masculina sobre el cuerpo de su pareja; también la idea machista de que una mujer pasa del padre al marido como un bien, con la virginidad como etiqueta de la transacción: "El año pasado una mujer se hizo una reconstrucción del himen", citó el artículo de Scroll. "El procedimiento se promueve como 'revirginización'. A veces es el regalo de aniversario para sus parejas: 'Mi marido y yo queríamos sentirnos como nos sentimos la noche de bodas'", dijo la entrevistada por Vora.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) comparó la cirugía plástica genital femenina con la mutilación genital femenina: ambos son procedimientos que intencionalmente alteran o dañan los genitales de la mujer por razones que no son médicas. La OMS también dijo que ambas cirugías se suelen realizar en regiones donde se cree que aumentan la posibilidad de que la mujer se case.
Desde luego, los médicos que realizan "vaginas de diseño" se horrorizan ante la comparación: "La intención de esta cirugía es mejorar la gratificación sexual", dijo Desai. Pero según la otra médica consultada, Hegde, los profesionales que se dedican a esta rama de moda "no comprenden la compleja realidad del país en el que operan: en una sociedad profundamente patriarcal como la india y ante la falta de diálogo sobre sexualidad, con frecuencia las mujeres no tienen la posibilidad de elegir".
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