El soldado israelí Elor Azaría, que ultimó de un tiro en la cabeza a un atacante palestino cuando estaba en el suelo herido e inmovilizado tras atacar a otro uniformado en Hebrón, fue condenado este miércoles por homicidio.
La presidente del tribunal, la jueza Maya Heller, descartó durante la lectura de la sentencia los argumentos "cambiantes y evasivos" de Azaría, certificó que fue su disparo quien mató al palestino herido y señaló que era consciente de que sus actos provocarían la muerte.
La pena, con un máximo de 20 años, será fijada más adelante en este caso, que ha provocado gran tensión en la sociedad israelí y la división entre los que defienden al soldado frente a los frecuentes ataques palestinos en los puestos de control y los que creen que lo que hizo fue inmoral y contrario al código militar.
Vestido con un uniforme militar verde, entró en la sala sonriendo mientras que sus familiares y simpatizantes lo aplaudían y un hombre lo abrazó. Pero más tarde, cuando el juez leyó el fallo, tanto él como sus familiares se mostraron abatidos.
El tribunal consideró que el testimonio de Azaría no era fiable, y señaló como "seriamente significativa" una declaración previa del militar en la que afirmó que el terrorista "merecía morir".
El joven palestino, de 21 años, acababa de atacar con un cuchillo, junto con otro palestino, a los militares. Herido de bala, yacía en el suelo y al parecer no representaba ningún peligro, cuando Azaria le disparó. Durante el proceso, el militar intentó sostener que existía la posibilidad de que el sujeto tuviera escondido un artefacto explosivo.
El presidente israelí, Reuven Rivlin, podría recibir solicitudes para que emita un indulto, postura a la que algunos funcionarios ya manifestaron su apoyo.
El último soldado en ser condenado por homicidio fue Taysir Heib, quien recibió una sentencia en 2004 a ocho años de prisión.