"Con las fuerzas conservadores en alza en muchos lugares, y con la salida de figuras como los presidentes Barack Obama de Estados Unidos, y François Hollande de Francia, muchos en la izquierda, desde socialistas en América Latina hasta ambientalistas en Europa, están mirando al pontífice de 80 años en busca de un liderazgo", dice The Wall Street Journal.
El prestigioso periódico económico publicó esta semana un artículo que repasa el inesperado lugar que fue adquiriendo el papa Francisco en la política global a partir de sus contundentes posicionamientos en algunos temas críticos. El autor, Francis X. Rocca, que es corresponsal en el Vaticano, destaca especialmente su constante defensa de los pobres y su condena de la desigualdad social, su enérgico llamado a proteger el medio ambiente, y su denuncia del orden económico imperante, sustrato de muchas de sus posturas.
Uno de los ejemplos más claros fue la encíclica Laudato Si, el documento que destinó al cambio climático. Allí hay también una mirada profundamente crítica de la economía de mercado, que para el papa supone una forma de saqueo en beneficio de unos pocos, y a expensas de los pobres y de las futuras generaciones.
Su llamado a abrir las fronteras para recibir con los brazos abiertos a refugiados y migrantes lo llevó a un enfrentamiento dialéctico con Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos. Sin mencionarlo, dijo que era de "no cristiano" levantar muros como el republicano había propuesto durante la campaña electoral.
Pero, según el análisis de The Wall Street Journal, Francisco no se ha convertido en un referente de la izquierda sólo por sus declaraciones. También por sus gestos y por las alianzas que ha ido tejiendo. En una novedad para un papa, realizó tres encuentros anuales consecutivos con movimientos sociales. En ellos estuvieron presentes dirigentes muy identificados con ideas de izquierda.
También participaron representantes de grupos estadounidenses contestatarios como el Black Lives Matter, que denuncia los abusos de la Policía contra los afroamericanos, y organizaciones que pugnan por un aumento del salario mínimo. Durante la última cumbre, en noviembre pasado, llamó a revitalizar las democracias, "que están en crisis", y los invitó a "involucrarse en la política del más alto nivel".
No son pocos los ejemplos de referentes políticos de la izquierda que se han acercado al sumo pontífice. El mejor ejemplo es Bernie Sanders, que suspendió la campaña por dos días para ir a visitarlo. Pero no es el único. El periódico entrevistó a Bleu Rainer, activista del movimiento de lucha por los 15 dólares de salario mínimo en Estados Unidos. "El papa Francisco inspira a un montón de gente que quiere luchar. Estoy seguro de que si no fuera el rostro de la Iglesia Católica estaría en la calle con nosotros", dijo.
Un hito que llamó la atención de todo el mundo fue el encuentro con el presidente de Bolivia, Evo Morales, uno de los líderes de la izquierda latinoamericana. El mandatario le regaló una una escultura que combinaba un crucifijo con una hoz y un martillo. Francisco la recibió con gusto y se la llevó de regreso al Vaticano.
"La izquierda global vio una oportunidad para apropiarse del prestigio del papa para sus causas", dijo Samuel Gregg, director de investigaciones en el Instituto Acción, que hizo hincapié en las críticas que está cosechando Francisco entre sus fieles, y en las consecuencias que pueden tener. "Introdujo polarización en la Iglesia sobre temas en los que los católicos tienen la libertad para estar en desacuerdo".
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