Desde su ascenso hasta su actual regresión, las implicancias generadas por el ISIS, en Siria, Irak y Libia, están permitiendo el retorno de muchas personas que tuvieron que abandonar sus hogares.
La expansión del grupo terrorista en diversas regiones de los tres países generó el desplazamiento de miles de sus residentes e impuso un cambio demográfico entre etnias y sectas. Hoy, el reequilibrio demográfico en Siria ha comenzado desde la regresión de ISIS en Aín-al Arab, en Kobani, región cercana a la frontera sirio-turca después de su derrota contra las milicias kurdas.
Fuentes kurdas declararon a la cadena Al-Arabiya "que la organización terrorista desplazó a muchos de sus partidarios y a sus familias de regiones en las que residían kurdos, asirios, siríacos y sunitas. El mismo proceso ocurrió en Irak, donde actualmente ISIS perdió muchas áreas". Sin embargo, "la negligencia de los funcionarios libios ante el problema demográfico ayudó a ISIS a causar un grave problema debido al desplazamiento de cientos de miles de personas".
A pesar de que ISIS alega que ha luchado por el bien de un "califato" islámico y que representa "la secta sunita", la mayoría de sus víctimas son los propios musulmanes sunitas. La organización forzó el desplazamiento de sunitas de muchas zonas como Der ez-Zor, donde exterminó a la tribu Al-Shaitat, que se negó a apoyar a los terroristas.
Después del control de ISIS de Raqqa, en enero de 2014, se rompió el equilibrio demográfico en la ciudad de unas 300.000 personas de diferentes religiones y etnias. La organización persiguió a todos los que se le opusieron y mató a los activistas que revelaron sus crímenes.
ISIS también cometió crímenes brutales contra alawitas, cristianos y kurdos. Asirios y siríacos fueron desplazados de las regiones de Hasaka después de que ISIS obligó a las personas a elegir entre el pago de tributo o marcharse perdiendo todas sus posesiones. Así fue que los cristianos de la región conformaron una fuerza militar local aliada con los kurdos que logro expulsar a ISIS meses después de la aldea de Tal al-Tamr, en Hasaka.
Según el ministerio de defensa del régimen sirio, "los ataques de la organización contra estas ciudades y el asedio a muchas familias forzaron al desplazamiento del resto hacia Hasaka y Al-Qamishli. Allí, los cristianos representaban el 5% de la población total de Siria; sin embargo, muchos de ellos han dejado el país desde el estallido del levantamiento y el control de organizaciones extremistas en muchas regiones".
En el escenario iraquí, igual que en Siria, las personas de todos los grupos y religiones de Irak estaban sujetas a las prácticas violentas de ISIS; los kurdos, al igual que los cristianos y los yazidíes fueron blanco de los terroristas, pero los musulmanes sunitas fueron las principales víctimas.
Información publicada por el diario libanes An-Nahar indica "que la mayoría de las regiones controladas por ISIS en el Occidente y Norte de Irak estaban habitadas por árabes sunitas" y que "las personas desplazadas en Irak llegaron a unos 4 millones de sunitas antes de las batallas que el Estado Islámico librara en Mosul y Raqqa, muchas aldeas sunitas y ciudades fueron destruidas".
Los sunitas no han jugado ningún papel en la aparición de grupos extremistas allí. El sheik de una de las tribus sunitas en Irak declaró ante un tribunal en Bagdad que ISIS fue el "tsunami" que golpeó a los sunitas generándole la perdida de sus hogares, empleos y familias.
Por otro lado, a pesar que la mayoría de las regiones controladas por ISIS eran sunitas, las fuerzas que intentan recuperar estas ciudades son kurdas y chiitas, y muchas familias de estas fuerzas han decidido permanecer y establecerse en estas regiones después de que las liberaron y prohibieron a muchas familias regresar a sus hogares.
El problema que generó ISIS no es menor en Libia. Un funcionario del Parlamento libio, Ibrahim Omeish, declaró al diario egipcio Al-Watan que "algunos grupos políticos han tratado de nacionalizar alrededor de 500.000 personas que entraron al país como inmigrantes ilegítimos debido al caos generado por ISIS y otros grupos extremistas".
En Libia, la ciudad de Sirte ha sido destruida, subrayo Omeish, y miles de personas se marcharon desde 2014. El desplazamiento también afectó a otras ciudades como Benghazi. Sin embargo, el funcionario libio ve que el desplazamiento es una circunstancia temporal y que sus connacionales podrán regresar en el corto plazo una vez que ISIS sea derrotado.
LEA MÁS:
El Estado Islámico recuperó el control de Palmira en Siria
Así destruyen un cuartel de ISIS en Mosul y emboscan a quienes intentan huir