La extraña tormenta eléctrica que provocó cuatro muertes por asma en Australia

Una combinación de factores generó una situación pocas veces vivida en Australia. Qué fue lo que ocurrió y la desesperación por ambulancias que no llegaron a tiempo

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Clarence Leo, Omar Moujalled, Hope Carnevalli y Apollo Papadopoulos murieron por ataques de asma durante las tormentas del lunes
Clarence Leo, Omar Moujalled, Hope Carnevalli y Apollo Papadopoulos murieron por ataques de asma durante las tormentas del lunes

Hope Carnevali, Omar Moujalled, Apollo Papadopoulos y Clarence Leo. Tenían en común varias cosas: todos vivían en Melbourne, Victoria y además padecían asma. Y también compartieron un mismo final. Murieron el pasado lunes como consecuencia de la tormenta eléctrica que golpeó esa ciudad australiana.

Otros cientos fueron hospitalizados por los problemas respiratorios y aún seis permanecen en cuidados intensivos, según confirmaron las autoridades sanitarias. En total unas 2.000 personas sufrieron algún tipo de dificultad. "Nuestro sistema de salud fue llevado al extremo", explicó el ministro del área Jill Hennessy.

Carnevali era una de las víctimas que encontró la muerte el lunes. De 20 años y estudiante de Derecho, murió mientras esperó durante 40 minutos una ambulancia que llegara hasta su hogar. El sistema de emergencias colapsó por la cantidad de llamados que recibieron en poco tiempo. Hope no alcanzó a llegar con vida al hospital. "La hubiéramos llevado nosotros si hubiéramos sido informados del retraso", contó su padre John.

Hope Carnevalli tenía 20 años y estudiaba leyes. Esperó 40 minutos la ambulancia y murió
Hope Carnevalli tenía 20 años y estudiaba leyes. Esperó 40 minutos la ambulancia y murió

El caso de Majoulled sorprendió a su familia e íntimos. Hoy debería estar en el acto de graduación de la Australian International Academy en Coburg North. Con tan solo 18 años, comenzó a sentirse mal. Esta mañana despidieron sus restos en la Mezquita Meadow Heights. "Es una gran tristeza informarles la muerte de Omar Moujalled, uno de nuestros estudiantes. Lamentablemente, falleció anoche por su condición médica", se anunció en el comunicado de prensa de la institución educativa.

Omar Moujalled. Hoy debía recibir su diploma de graduación, en cambio fue velado en una mezquita de Melbourne
Omar Moujalled. Hoy debía recibir su diploma de graduación, en cambio fue velado en una mezquita de Melbourne

Clarence Leo, por su parte, murió en la mañana del martes luego de padecer unos dolores de pecho muy severos, luego de que se le acabara el Ventolin. Fue en ayuda de su suegra, quien también sufre problemas respiratorios, pero al poco tiempo de llegar ya estaba inconsciente, según reveló su esposa Amanda. La mujer intentó reanimarlo hasta que llegaran los paramédicos, pero no pudo revertir la dramática situación. "Había tenido asma antes, pero nunca lo había visto tan mal, en esa condición", relató. Leo deja atrás a dos hermosas hijas, Layla de 9 años y Eve, de 7.

Clarence Leo y su esposa Amanda. Ella intentó reanimarlo, pero no pudo
Clarence Leo y su esposa Amanda. Ella intentó reanimarlo, pero no pudo

El fallecimiento de Papadopoulos, de 35 años, se produjo en circunstancias parecidas a la de las anteriores víctimas. Un ataque de asma severo fue demasiado para que el personal del servicio de emergencia de Melbourne pudiera resucitarlo.

A Apollo Papadopoulos, de 35 años, los médicos intentaron resucirtarlo durante varios minutos. Fue en vano
A Apollo Papadopoulos, de 35 años, los médicos intentaron resucirtarlo durante varios minutos. Fue en vano

Entre las 6 pm y las 11 pm del lunes, las ambulancias de la ciudad recibieron 1.900 llamadas para que se atendieran casos como los enumerados. Ese total de pedidos representa seis veces más que lo usual. "Vimos casos de asma en personas que antes no habían experimentado problemas respiratorios", contó Mick Stephenson, el director ejecutivo de Ambulance Victoria. En el curso de 15 minutos se recibieron 200 pedidos de paramédicos, uno cada 4 segundos y medio.

Durante la primavera, en varios puntos de Australia, se producen las clásicas tormentas eléctricas. Éstas incrementan la posibilidad de que el polen que circula penetre más profundamente en los pulmones. Esta es la primera hipótesis que evalúan las autoridades. Dispersas en el aire en gran propirción, estas partículas pueden ser particularmente dañinas para quienes tengan problemas respiratorios.

Robin Ould, responsable de la Fundación de Asma de Victoria, confirmó que la presencia de polen en el aire este lunes fue de 102, un número que duplica los niveles considerados altos por los investigadores. En diálogo con la BBC Ould confirmó que sólo en dos oportunidades se habían producido semejante fenómeno en los últimos 100 años en esa ciudad.

Los expertos recomiendan que para evitar la exposición al polen -sobre todo en los primeros 20 a 30 minutos de una tormenta- aquellas personas asmáticas se mantengan en lugares cerrados y a resguardo.

 
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