"Navegando es como quiero vivir y morir". Esas fueron una de las tantas palabras que Jürgen Kantner pronunció en mayo de 2009 cuando una revista alemana le realizó una entrevista. Hacía pocos meses que el hombre que hoy tiene 70 años se había hecho conocido. Y no por sus habilidades con la vela.
El 23 de junio de 2008 navegaba por los mares de Somalía cuando un grupo de piratas lo interceptó en su barco. Como siempre, a su lado estaba Sabine Merz, su esposa. Ese día, en en el medio del océano, la aventura se transformó en pesadilla. Los delincuentes los transportaron a tierra, los hicieron caminar millas sin saber dónde estaban y finalmente los ocultaron en una montaña. En total, fueron 52 días de confinamiento.
La aventura se había iniciado 32 años antes, cuando decidió abandonar su Alemania natal y construir una vida abordo con la compañía de su amor. "Mi barco es mi vida y no lo perderé. Nada más. No me interesan los piratas y los gobiernos", dijo cuando se le consultó por qué volvía a buscar su velero a Somalía donde podía volver a padecer un secuestro.
Cuando Kantner anunció que retornaría a Somalía para recuperar a The Rockall, nadie podía entender por qué lo hacía. ¿Síndrome de Estocolmo? Nada de eso, según describió el hombre. "Creen que estoy enfermo, me llaman el loco hombre blanco, o el marinero alemán demente, pero no saben cuán importante es para mí este barco".
Nunca estuvo claro cómo fue que Kantner y Merz lograron ser liberados por los piratas somalíes. Algunos especulan que "convencieron" a sus secuestradores con 600 mil dólares, algo que siempre negaron. "Fue la peor experiencia que viví. Nos intimidaban todo el tiempo, sólo deseaba que un avión nos bombardeara para que muriéramos todos juntos", indicó en la entrevista de 2009.
En aquella ocasión se le repitió lo riesgoso que era navegar en los mares de Somalía. Él lo sabía. También sabía que sin seguridad, su viaje podría convertirse en una pesadilla. Pero decidió arriesgarse. "Comprar un arma es una opción", dijo y abandonó ese país abordo de su amado The Rockall.
Ahora, desde hace 15 días, Kantner está en manos de una rama del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) en Filipinas. Fue secuestrado en los mares de ese país, mientras navegaba junto a Merz, cuyo cadáver fue hallado en la embarcación por la policía filipina. Tenía un disparo en la cabeza. Por el marinero alemán piden 10 millones de dólares.
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