"Esa noche había ido al concierto con dos amigos", recuerda Emmanuel Domenach. La noche a la que se refiere es la del 13 de noviembre de 2015; el concierto, el de Eagles of Death Metal y el lugar, el teatro Le Bataclan. Él es uno de los sobrevivientes de los atentados que ocurrieron en París hace un año y en los que fueron asesinadas 130 personas.
Cuando escuchó los primeros disparos dentro de la sala, Emmanuel pensó que era parte del espectáculo. Hasta que la gente empezó a gritar y se encendieron las luces. Ahí vio la sangre, a los terroristas, las ráfagas de tiros y se echó al piso. Entre las personas que lo rodeaban dudaban si intentar escapar o no. "Unos empezaron a correr y de repente mi cerebro dijo: 'Corre' y fui con ellos. Pasé una primera puerta, una segunda puerta y estaba afuera", describe en una comunicación telefónica con Infobae.
"En la calle no había nadie. Caí sobre mis anteojos. Mis amigos ya habían escapado, uno de ellos recibió un disparo en la pierna. Todos ya se habían escondido. Una persona me ayudó a esconderme también. Era como la una de la mañana", continúa. Luego fue con la policía para declarar sobre lo que había vivido, mientras seguía la toma de rehenes en la sala, antes de que un operativo comando ingresara y abatiera a los terroristas.
"Lo primero que pensé es que había que seguir adelante", asegura este jurista de 29 años, que creó la asociación 13 novembre: fraternité et vérité para atender y asesorar a otros sobrevivientes de los atentados. Pero no fue fácil. Emmanuel afirma que durante varias semanas sintió angustia e incluso escuchaba los gritos del Bataclan por las noches. Y aunque con el tiempo esas sensaciones se fueron calmando, en los últimos días -ya cerca del aniversario- resurgieron.
-¿Cómo fue volver a tu normalidad después de haber sobrevivido a los atentados?
-En cierta forma, recuperé mi rutina porque sigo tomando el metro, sigo yendo a trabajar. Pero en el fondo, todo cambió para mí. Tengo miedo de tomar el metro, miedo de sentarme en un café, miedo de que un atentado terrorista pueda suceder no importa dónde, no importa cuándo. Mi vida cambió en ese sentido: soy consciente de que puedo morir en cualquier momento. No habrá cambios en lo cotidiano, pero vivo con la conciencia y con la imaginación de que en cualquier momento puede llegar un terrorista y matarme. Pero al mismo tiempo que tengo miedo, también quiero disfrutar de la vida al máximo. Siento que con el tiempo me iré volviendo más fuerte. Pero hoy todavía recuerdo cosas y más aún a medida que se acercaba la fecha del aniversario.
-¿Recibiste apoyo por parte del gobierno francés?
-No, mis amigos me recomendaron psicólogos especializados, pero nada de parte del gobierno. Tuve que arreglármelas solo.
-¿Eso influyó a hora de crear la asociación "13 novembre: fraternité et vérité"?
-Sí, la creamos con otras dos víctimas que conocí y que afrontaron las mismas dificultades burocráticas que yo para recibir la ayuda y las indemnizaciones del gobierno. Fuimos sumando, además de sobrevivientes del Bataclan, a víctimas de los otros atentados de esa noche. En total, participa un centenar de personas, en su mayoría víctimas, pero hay personas involucradas que no fueron afectadas directamente, sino que se solidarizaron. Hacemos encuentro con psicólogos, abogados y especialistas. También vamos a organizar una obra de teatro, realizada por jóvenes que se burlan de los terroristas, entre otras actividades.
-¿Estás conforme con las acciones antiterroristas tomadas por el gobierno de François Hollande tras los atentados?
-Tengo la impresión que el 13 de noviembre no ha cambiado nada para el gobierno. Bombardearon Siria y después ocurrió el atentado del 14 de julio (en Niza). No creo que el gobierno francés sea consciente de sus errores. Pone militares en todas partes, pero eso en verdad no sirve para nada. Da la sensación de que estamos protegidos, pero no lo estamos. Hay centenares de franceses que están en Siria e Irak y que pueden volver a nuestro país, ¿y qué están haciendo para evitar eso?
-Un día antes del aniversario, reabre la sala del Bataclan, lo que despertó cierta controversia ¿estás de acuerdo con su reapertura?
-Es importante porque es una muestra de que en París la vida continúa. Es un mensaje para que los terroristas sepan que hagan lo que hagan no vamos a dejar de vivir, que la gente va a seguir saliendo, que los turistas van a continuar viniendo, que París no dejará de ser una ciudad increíble. Incluso muchas víctimas estaban invitadas a la reapertura del Bataclan.
-Y en tu caso, ¿volverías a un concierto ahí?
-Para mí es difícil, por eso entiendo que mucha gente esté en desacuerdo con la reapertura. Mis amigos, por ejemplo, dicen que no se sienten listos para volver. Pero la vida continúa después del atentado del Bataclan. Me gustaría volver como espectador cuando haya una banda que me guste. Sé que será fuerte, creo que lloraré y reiré.
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