Rusia se está preparando para intensificar sus operaciones militares en Siria con el fin de defender su posición como una gran potencia, reforzar sus pretensiones de ser un "socio creíble" contra el extremismo violento y revitalizar el apoyo interno para su participación continua en la guerra civil siria.
Así comienza el documento publicado por el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés), que subrayó que Rusia fijó las condiciones para una demostración importante de su poderío militar tras la finalización de la última de una larga serie de "treguas humanitarias" en la ciudad de Alepo, que finalizará este 4 de noviembre.
Se espera que el único portaaviones de Rusia, el Almirante Kuznetsov, llegue a la costa siria en los próximos días. La llegada del Kuznetsov con su flota de submarinos y fragatas equipadas con misiles de crucero indica la probable intención de Rusia de llevar a cabo una nueva ola de ofensivas contra objetivos estratégicamente significativos en Siria.
El despliegue se produjo en medio de una reciente ofensiva de la oposición para romper el cerco del régimen en Alepo. Rusia aprovechará sus oportunidades tanto en Alepo como en Damasco, para destacar su capacidad de proyección de fuerza contra el "terrorismo" y demostrar la legitimidad en su lucha.
El Almirante Kuznetsov lleva un contingente de aviones de combate Su-33 y MiG-29K / KUB, que fuentes rusas afirman que están equipados con municiones guiadas con precisión, así como helicópteros de ataque Ka-52 armados con misiles guiados antitanques de largo alcance.
Condiciones para la escalada en Alepo
Rusia ha establecido condiciones para una escalada en Alepo. El presidente Vladimir Putin ordenó a las Fuerzas Armadas de su país que implementen una "tregua humanitaria" de diez horas el 4 de noviembre para permitir que civiles y combatientes de la oposición evacúen la ciudad de Alepo oriental.
Este cese del fuego temporal sigue a una serie de "pausas humanitarias" similares en la ciudad de Alepo entre el 20 y el 22 de octubre. Pese a esto, Rusia, sin embargo, siguió realizando fuertes ataques aéreos en las afueras de Alepo.
La relativa calma en los ataques aéreos fue consecuencia de las amenazas cada vez más públicas sobre sanciones dirigidas por Estados Unidos y la Unión Europea, así como a las investigaciones sobre los posibles crímenes de guerra cometidos por las fuerzas del régimen en Alepo, lo que sugiere que Rusia podría tratar de aliviar la creciente reacción internacional contra sus intentos para despoblar Alepo a través de una agresiva campaña aérea.
El ISW dice que Rusia utilizará probablemente el Kuznetsov y sus activos militares en Siria para intensificar las operaciones contra las fuerzas de oposición en Alepo y sus alrededores, reforzando el asedio del régimen en los distritos de la ciudad.
La llegada inminente del Kuznetsov a la costa siria se establece actualmente para coincidir con el fin de la última "pausa humanitaria" de este 4 de noviembre.
Rusia probablemente utilizará los fusiles y submarinos equipados con misiles de crucero que acompañan al transportista como parte de un nuevo bombardeo contra la ciudad de Alepo.
Rusia se prepara para apoyar al régimen de Damasco
El Instituto para el Estudio de la Guerra afirmó también que Rusia podría aprovechar su renovada intervención militar para permitir al régimen eliminar con éxito las fuerzas de la oposición desde Damasco.
Damasco tiene una importancia más estratégica que Alepo para Rusia debido a su rol político como la sede del Gobierno, así como su papel militar como centro de operaciones militares en todo el sur de Siria.
Rusia actualmente pesa sus esfuerzos militares hacia el norte de Siria debido a la amenaza que los grupos de oposición plantean al régimen en Alepo. Sin embargo, el Kremlin cuenta actualmente con condiciones favorables para que su campaña aérea se amplíe a la capital.
Las fuerzas prorrégimen han establecido las condiciones para un avance importante en la capital durante los últimos tres años a través de una brutal campaña de asedio y hambre contra los suburbios de la oposición. Esta campaña ya ha llegado a un punto crítico.
El presidente ruso, Vladimir Putin, y el mandatario sirio, Bashar al Assad, parecen cada vez más confiados en la posibilidad de su victoria en la guerra civil siria.
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