Mientras las tropas del ejército iraquí y los peshmerga kurdos cierran el cerco sobre Mosul, la ciudad que el Estado Islámico (ISIS) retiene desde 2014, crece el rol de un una poderosa unidad de artillería del ejército francesa enviada tras los ataques terroristas en Niza en julio.
El presidente francés François Hollande había anunciado en julio el envío de una batería de obuses para el ejército iraquí y consejeros militares franceses para asesorarlos, y esas unidades llegaron finalmente a finales de septiembre.
Desde entonces comenzaron a bombardear posiciones de ISIS en Mosul y ahora se preparan para actuar de apoyo de fuerzas iraquíes en el asalto a la ciudad.
Se trata de una batería de obuses de 155 mm Caesar, instalada en la base de Qayyarah a menos de 50 kilómetros al sur de la ciudad y operada por unos 150 soldados franceses.
París aumentó su presencia militar en el área, especialmente en lo que concierne a ataques aéreos agrupados en la denominada Operación Chammal, el año pasado.
Pero tras los ataques terroristas en Niza que en julio dejaron 84 muertos, Hollande anunció el envío de una unidad de artillería terrestre a Irak.
Los franceses no son los únicos miembros de la coalición internacional, que actúa mayormente a través de su aviación, con tropas en tierra, ya que una unidad de artillería estadounidense de cañones M109 opera desde Qayyarah.
También el ejército turco se encuentra en los alrededores de Mosul con unidades de artillería y de apoyo, en una campaña llevada adelante por los propios iraquíes, pero con cada vez más presencia en el suelo de actores internacionales.
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