Rebeldes hutíes de Yemen lanzaron durante la noche un misil balístico hacia La Meca, ciudad sagrada de los musulmanes, según dijo el viernes Arabia Saudita. Se trata del ataque rebelde que más lejos se ha adentrado en territorio saudita durante lo que va de guerra civil en Yemen.
Medios rebeldes dijeron que el misil iba dirigido contra el cercano aeropuerto de Jiddah, aunque Arabia Saudita afirmó que había sido "interceptado y destruido" a 65 kilómetros de La Meca. Allí se encuentra la Kaaba, una estructura de forma cúbica hacia la que se orientan para rezar musulmanes de todo el mundo cinco veces al día.
El lanzamiento demostró la capacidad de los rebeldes chiitas, conocidos como hutíes, y sus aliados para seguir atacando a Arabia Saudita. También provocó la indignación inmediata de la población saudita, ya que la protección de La Meca es un pilar clave del prestigio de la familia real y de la identidad nacional del país.
El misil fue lanzado el jueves por la noche desde la provincia noroccidental yemení de Saada, en la frontera con el reino saudita, según señaló el Ejército. Las Fuerzas Armadas sauditas cuentan con un suministro de misiles tierra-aire Patriot de fabricación estadounidense que ya había empleado antes contra misiles lanzados por hutíes.
El proyectil no causó daños y fue combatido con ataques aéreos inmediatamente después del lanzamiento, añadió el Ejército en un comunicado recogido por la estatal Saudi Press Agency.
Los hutíes y sus aliados, que incluyen fuerzas leales al ex presidente yemení Ali Abdullah Saleh, tienen un arsenal de misiles Scud soviéticos y variantes locales. La televisora por satélite Al Masirah, controlada por los hutíes, emitió un boletín en el que informó que sus fuerzas habían lanzado un misil Volcano-1 contra el aeropuerto internacional Rey Abdulaziz en Jiddah, sin mencionar La Meca. Ese aeropuerto se encuentra 75 kilómetros al noroeste de La Meca.
Yemen, que se encuentra en el extremo sur de la península arábiga, lleva sumida en una guerra civil desde septiembre de 2014, cuando hutíes respaldados por Irán tomaron la capital, Saná, y derrocaron al gobierno reconocido a nivel internacional. Una coalición árabe liderada por Arabia Saudita combate a los rebeldes chiitas en Yemen desde marzo de 2015 y argumenta que su misión sirve, en parte, para contrarrestar la influencia iraní tras su acuerdo nuclear con potencias internacionales.
El viernes, varios países de la región levantaron su voz contra lo que consideran "un ataque a los musulmanes del mundo", informó Al Arabiya. "Constituye un crimen de odio y religioso por parte de las milicias", dijeron representantes de Bahréin. El ministro de Exteriores de Emiratos Árabes Unidos escribió en su cuenta de Twitter: "Irán dice ser islámico mientras apoya a milicias que disparan contra el lugar sagrado". En el mismo sentido se expresaron voceros de Qatar, Kuwait, Jordania, Egipto y las autoridades de Yemen reconocidas internacionalmente.
La campaña de liderazgo saudita contó, en un principio, con apoyo logístico y de inteligencia de Estados Unidos, pero las crecientes bajas civiles de sus bombardeos llevaron a Estados Unidos a salir de la operación, especialmente después de que un ataque saudita este mes matara a unas 140 personas e hiriera a más de 600 en un funeral en Saná. Estados Unidos también lanzó misiles Tomahawk a puestos móviles de radar hutíes tras registrar ataques a sus buques de guerra en el mar Rojo, cerca del crucial estrecho de Bab al Mandeb.
En los últimos días, dos barcos comerciales habrían recibido fuego en la misma zona, según medios locales.
(Con información de AP)