El módulo Schiaparelli entra este miércoles en la atmósfera de Marte y descenderá y aterrizará en su superficie mediante una maniobra muy compleja que demostrará tecnologías europeas.
Schiaparelli se separó el domingo del Orbitador de Gases Traza a una distancia de 900.000 kilómetros del planeta rojo y tras haber viajado juntos desde marzo en la misión ExoMars.
Este proyecto de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la rusa Roscosmos tiene como objetivo buscar vida en la superficie de Marte, de tipo bacteriano. En definitiva se quiere comprobar si hay y llegó a haber vida en el pasado en Marte, que en su origen tenía condiciones similares a la Tierra y favorables a la vida.
Aunque la función de Schiaparelli es fundamentalmente demostrar nuevas tecnologías europeas para descenso y aterrizaje, concretamente el control de la orientación y velocidad en el contacto con la superficie.
Desde el domingo Schiaparelli se dirige a Marte en modo de hibernación para reducir su consumo de electricidad.
Será activado pocas horas antes de entrar en la atmósfera, a una altitud de 121 kilómetros y una velocidad de unos 21.000 kilómetros por hora (km/h), que se irá frenando con un escudo térmico aerodinámico. La entrada en la atmósfera está prevista para las 14:42 horas GMT, según la ESA.
A los tres minutos de haber comenzado el descenso, cuando la velocidad de Schiaparelli se haya frenado hasta 1.650 km/h y se encuentre a 11 kilómetros sobre la superficie de Marte, se desplegará un paracaídas.
Schiaparelli, llamado así en honor al astrónomo italiano, probará durante la entrada un escudo térmico, que es más grueso por si la entrada se produce en medio de una tormenta de arena, un paracaídas supersónico de 12 metros de diámetro y sistemas de guiado, navegación y control, así como una estructura deformable para la toma de tierra, según la ESA.
A los cuatro minutos de haber iniciado el descenso, a una altitud de 72 kilómetros y una velocidad de 320 km/h, se separará el escudo frontal y se encenderá el radar.
A los cinco minutos, a unos 1,2 kilómetros de la superficie y a una velocidad de 240 km/h, se desprenderá del paracaídas.
Posteriormente se activará una hélice de ignición y seguirá cayendo hasta el aterrizaje, previsto para las 14:48 horas GMT.
Una vez en la superficie de Marte, Schiaparelli podrá funcionar entre dos y ocho soles, nombre como se conoce a los días marcianos (un día marciano es de 24 horas y 37 minutos), dependiendo de la duración de las baterías.
Durante el descenso sacará 15 imágenes en blanco y negro del acercamiento a la superficie del planeta rojo, que ayudarán a reconstruir la trayectoria y el movimiento de Schiaparelli.
La cámara comenzará a sacar fotos cuando Schiaparelli se encuentre a 3 kilómetros sobre la superficie de Marte y lo hará en intervalos de 1,5 segundos, terminando de sacar a una altura de 1,5 kilómetros.
Las primeras imágenes cubrirán unos 17 kilómetros cuadrados de la superficie y las últimas, de 4,6 kilómetros cuadrados. Aunque las altitudes a las que se obtengan las imágenes pueden variar dependiendo de las condiciones atmosféricas.
Aterrizará en una zona cerca del ecuador de Marte conocida como Meridiano Planum y obtendrá, por ejemplo, las primeras mediciones del campo electromagnético en la superficie de Marte y de la concentración de polvo atmosférico.
El proyecto tiene dos misiones, la primera fue el lanzamiento de ExoMars el 14 de marzo con el Orbitador de Gases Traza y Schiaparelli y la segunda será el aterrizaje de un rover en 2021.
El domingo Schiaparelli se separó del Orbitador de Gases Traza, cuya trayectoria fue corregida el lunes para que no colisionara con Marte, sino que alcanzara una órbita alrededor, a una altitud de 400 kilómetros sobre su superficie desde la que analizará su atmósfera, especialmente el gas metano, pero también otros como el vapor de agua u óxidos de nitrógeno.
La fase de ciencia del Orbitador durará un año marciano, que equivale a unos 687 días terrestres. El Instituto de Astrofísica de Andalucía participa en la parte científica de la misión con el instrumento NOMAD del Orbitador, que es el que estudiará el gas metano.
(Con información de EFE.)