Europa consiguió ubicar este miércoles la sonda ruso-europea TGO en la órbita de Marte y su módulo de aterrizaje Schiaparelli tocó el suelo del planeta rojo pero "no emite señales".
"El módulo tocó suelo", declaró a la AFP Thierry Blancquaert, responsable de Schiaparelli en la Agencia Espacial Europea (ESA). "Ahora no sabemos si tocó suelo en buenas condiciones o si una roca mal ubicada o un cráter o si tiene simplemente un problema con la emisora de radio, no lo sabemos aún", añadió.
"No soy muy optimista" sobre los datos registrados después del aterrizaje del módulo, planificado para las 14:48 GMT, dijo.
La inquietud por el módulo Schiaparelli era visible en el Centro Europeo de Operaciones Espaciales (ESOC) en Darmstadt (Alemania).
"Está claro que las señales no son buenas, pero aún necesitamos más información", dijo Paolo Ferri, jefe de la división de operaciones de la ESA. "Puede haber muchas, muchas razones para su silencio", añadió. Lo que le ha ocurrido "lo sabremos mañana por la mañana", concluyó Ferri.
La ESA tiene previsto una rueda de prensa el jueves a las 08:00 GMT.
El módulo Schiaparelli, que se separó de la sonda científica TGO el domingo, se activó como estaba previsto poco antes del aterrizaje, como fue constatado por un radiotelescopio indio que captó una señal. Pero la débil señal de radio dejó de ser recibida en el momento del aterrizaje. Son varias sondas alrededor de Marte las que permitirán saber dónde está Schiaparelli, que contiene varios captores.
Por el momento, los datos que llegaron a la sonda Mars Express no permitieron sacar conclusiones sobre la situación del módulo.
– "Un test" –
La sonda estadounidense MRO recogió por su parte varias informaciones, que serán analizadas durante la noche. Pero sobre todo la sonda TGO debería haber registrado muchos datos, que se conocerán el miércoles por la mañana.
Es la buena noticia del día para ESA: TGO logró orbitar alrededor de Marte. "Tenemos una misión en órbita de Marte", anunció Michel Denis, director de operaciones en vuelo de la misión ExoMars.
TGO (Trace Gas Orbiter) deberá "olfatear" la atmósfera marciana para detectar rastros de gases como el metano, que podría indicar la presencia de una forma de vida actual en el planeta.
Junto con Mars Express, lanzada hace trece años y que todavía funciona, Europa dispone ahora de dos sondas en órbita alrededor del planeta rojo.
Desde los años 1960 más de la mitad de las misiones a Marte terminaron en fracaso. Hasta ahora sólo los estadounidenses consiguieron posar artefactos que lograron funcionar en Marte.
La sonda y el módulo de aterrizaje Schiaparelli constituyen el primer episodio de ExoMars, una ambiciosa misión científica ruso-europea que se divide en dos tiempos (2016 y 2020) y apunta a buscar indicios de una vida actual y pasada en Marte.
Esta es la segunda vez que Europa se lanza a la conquista de Marte. En 2003, la sonda europea Mars Express había largado el minimódulo Beagle 2, de concepción británica, pero nunca dio señales de vida. Se sabe desde 2015 que aterrizó, pero que estaba dañado.
Schiaparelli se destaca más por su rol tecnológico que científico, por todo el proceso de aterrizaje.
El módulo está equipado de una pequeña estación meteorológica para medir la presión, la temperatura, la velocidad del viento, así como los campos eléctricos en la superficie de Marte. Si llega a funcionar podrá operar y captar datos sólo durante unos días, ya que está equipado con baterías únicamente.
Sea cual sea el final del módulo Schiaparelli, "habremos aprendido muchas cosas porque registramos muchos datos durante su descenso", declaró a la AFP Jocelyne Landeau-Constantin, portavoz del ESOC.
Este módulo es "un test", señaló el director general de la ESA, Jan Woerner.
"Hemos hecho todo esto para tener datos sobre cómo aterrizar en Marte con la tecnología europea", añadió. "Los datos que recuperaremos esta noche (…) nos servirán para entender" cómo preparar el aterrizaje de un robot móvil en Marte en 2020, concluyó.
Con información de Sascha Halfman y Pascale Mollard (AFP)