Todo empezó con un grupo de bromistas que se dieron cuenta de que podían hacer videos disfrazándose de payasos malditos y aterrorizando a la gente. Gracias a internet eso se transformó en un fenómeno mucho más grande, y de consecuencias imprevisibles.
Muchas personas en distintos países están siendo víctimas de estos payasos. Sin tener en claro si se trata de bromistas o de auténticos seres endemoniados. Se convirtió en un mito urbano.
Un ejemplo quedó registrado esta semana en Texas, Estados Unidos. Eran las 2,25 de la mañana cuando un payaso se presentó armado con un cuchillo en una casa. Recorrió toda la propiedad tratando de entrar por alguna puerta, pero no pudo.
El dueño de casa publicó el video al día siguiente. "Estoy seguro de que nos habría matado a todos si lograba entrar", dijo. Sin embargo, muchos internautas creen que todo fue una puesta en escena montada por él. Éste es el mayor desafío que tiene este fenómeno: nadie sabe si lo que ocurre es una amenaza real o una simple broma.
La faceta más peligrosa es la reacción que está suscitando entre las potenciales víctimas. El caso más grave ocurrió en Bardstown, Kentucky. Ante la advertencia desesperada de su esposa, que decía haber visto un "payaso horroroso" en medio de la noche, un hombre tomó su rifle AR-15 y le disparó. Resultó ser una mujer que había sacado a pasear a su perro. Afortunadamente el tirador falló y no le causó ningún daño.
También en Kentucky, pero en Middlesboro, la Policía arrestó a Jonathan Martin. Él sí estaba disfrazado y se divertía aterrorizando a los vecinos.
Según un recuento de Heavy.com, se han registrado casos en 40 de los 50 estados de los EEUU. En Canadá hubo reportes en ciudades tan variadas como Quebec, Halifax, Gatineau, Nueva Escocia, Bretoin, Bownmanville, Ontario, Toronto y Ottawa.
Reino Unido no es la excepción. De hecho, se convirtió en el primer país en el que alguien recibió una condena a causa de esto. Connor Jones, de 18 años, fue detenido y obligado a pagar 110 dólares por asustar a niños a la salida de una escuela en Gales del Sur. Tras ser liberado, se burló de la multa a través de las redes sociales: "Sólo tuve que pagar 90 libras por mis travesuras como payaso, jaja".
En todos estos países, las autoridades están tratando de encontrar una solución. Por un lado buscan disuadir a los bromistas de seguir molestando a la gente. Por otro, tratan de calmar a las víctimas, para evitar que alguien salga lastimado.
No es la primera vez que aparece una ola de payasos aterradores. La primera de la que se tiene memoria ocurrió en los años 80, luego de que estudiantes de Massachusetts denunciaran que un payaso los estaba tratando de llamar desde una camioneta. Así comenzó una pequeña leyenda urbana, que se extendió por algún tiempo, pero luego se esfumó.
Los especialistas afirman que, en la era de internet, estas olas nacen, se propagan y mueren mucho más rápido. Nadie duda de que la moda de los payasos perderá vigencia. Poro sólo para regresar dentro de unos años, quizá con más fuerzas que ahora.