La alianza de iraquíes, iraníes, libaneses y afganos que pelea en Alepo en apoyo del gobierno sirio

El variado grupo de micilianos que se enfrenta a los rebeldes en las filas del presidente Bashar al Assad tiene sus propias razones y objetivos para hacerlo, pero han permitido al Gobierno que recobre energía en una guerra que ya lleva 5 años y más de 250.000 muertos. Los ecos de las antiguas batallas entre sunitas y chiitas se cuelan en los combates

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Micilianos iraquíes, iraníes, libaneses y
Micilianos iraquíes, iraníes, libaneses y afganos forman parte de las fuerzas que apoyan al presidente Al Assad (AFP)

Una gran variedad de alianzas conformadas por milicianos chiitas iraquíes animados por clérigos iraníes, que dan a la batalla de Alepo connotaciones de las guerras del siglo VII entre sunitas y chiitas, unidos a la guardia revolucionaria de Irán, islamistas afganos y militantes de Hezbollah combaten codo a codo en apoyo del Gobierno sirio, aunque cada uno lo hace también por sus propias razones y objetivos.

También civiles del partido Baaz sirio combaten junto con unidades de élite del Ejército del presidente Bashar al Assad. Las fuerzas gubernamentales, desgastadas después de cinco años de guerra, han recuperado energía a partir de estos apoyos. Por aire, los pilotos rusos asisten fuertemente al régimen bombardeando constantemente el sector oriental de Alepo controlado por los rebeldes. "La carnicería es atroz", según describe el diario libanes An-Nahar.

"La guerra civil siria se centra en la batalla por la ciudad de Alepo y se ha convertido en una contienda a muerte entre los grupos terroristas que desean derrocar al Gobierno apoyado por la resistencia libanesa, Irán y Rusia. Hezbollah combatirá por nuestro hermano el presidente Al Assad contra todo lo que se mueva en Alepo", declaró sin pudores un oficial del Hezbollah libanés en Beirut al canal Al-Manar.

"La fuerza de combate del Gobierno consiste en una increíble variedad de milicias locales alineadas con diversas facciones y patrocinadores extranjeros. Son los modernos señores de la guerra", lo definió el analista Tobías Schneider.

La batalla por Alepo elevó
La batalla por Alepo elevó las tensiones entre Estados Unidos y Rusia (AP)

La batalla por el este de Alepo, donde las Naciones Unidas dicen que más de 250.000 personas están sitiadas, elevó las tensiones entre los EEUU y Rusia a sus niveles más altos en años. Los intereses de ambas partes y la falta de un liderazgo claro en cada sector de los combatientes ha resultado tan difícil de controlar como de detener.

Al Assad está firme en retener el poder, Moscú intenta aumentar su influencia en la mesa geopolítica mundial, Irán está mostrando su músculo regional, combatientes afganos han tomado la ciudadanía iraní; y los líderes de Hezbollah, la milicia chiita libanesa, prometen hacer "lo que sea necesario para ganar esta guerra como regalo para el presidente sirio".

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Washington y Moscú hablan de preservar las instituciones democráticas sirias como prioridad, aunque para el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) "una mirada a la lucha en Alepo demuestra que esas estructuras ya están atrofiadas".

El diario egipcio Al-Watan ha denunciado que al menos tres unidades de élite del Ejército sirio han sido filmadas por personal de la ONU dentro de Alepo y que la mayoría de ellas están conformadas por milicianos iraníes entrenados y financiados por Teherán. Según expertos, diplomáticos y funcionarios de la ONU, los combatientes de esas brigadas no son sirios, sino combatientes extranjeros pagados que luchan en favor del Gobierno.

Al Assad está firme en retener el poder, Moscú intenta aumentar su influencia en la mesa geopolítica mundial, Irán está mostrando su músculo regional

El último comunicado de la ONU respecto de Alepo fue recogido por la agencia Lebanon News e informa que la ofensiva del Gobierno ha profundizado el empeoramiento de una crisis humanitaria épica. Los ataques aéreos sirios y rusos han destruido siete hospitales y han matado a cientos de civiles, en lo que Moscú y Damasco describen como preparación para una batalla final por la ciudad.

El  jueves, el Ejército ha lanzado panfletos instando a los rebeldes a rendirse y a los civiles a abandonar la ciudad, pero la ONU sostiene que las fuerzas progubernamentales no han permitido a los civiles acceder a las rutas de escape, y los residentes tienen miedo a ser detenidos si se dirigen al lado dominado por el Gobierno.

Las fuerzas de Al Assad bombardean con artillería pesada ablandando el territorio rebelde desde varias direcciones, pero se han enfrentado a una dura resistencia de los insurgentes en la lucha callejera que en muchos casos involucra combates casa por casa, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

No hay ningún precedente en
No hay ningún precedente en la guerra siria de una resistencia de los rebeldes que dure tanto como en Alepo (AFP)

Al norte de Alepo, la Brigada Quds, compuesta por palestinos que viven en esa ciudad, se  apoderó del campo de refugiados palestinos Handarat. Al sur, las milicias iraquíes y otros combatientes rebeldes combaten duramente cerca de una central que provee agua a la ciudad. Las fuerzas del Ejército sirio, por su parte, se apoderaron de un barrio en el centro de Alepo, cerca de la antigua base rebelde del Ejercito Libre Sirio (ELS).

No hay ningún precedente en la guerra siria en el que las fuerzas terrestres hayan combatido y sitiado a los rebeldes sin vencerlos por casi 4 años. Según expertos militares sauditas, ello muestra que las fuerzas de Al Assad están desconectadas o sin conexiones locales y no son lo suficientemente fuertes como para tomar posiciones rebeldes urbanas fortificadas en un asalto frontal sobre Alepo.

Algunos milicianos chiitas extranjeros llaman a sus enemigos por los nombres de los enemigos de la batalla de Karbala, acaecida en el siglo VII, que dividió a los sunitas de los chiitas

El desordenado mosaico de combatientes de ambos lados de la ciudad ha desafiado las enredadas alianzas de la administración Obama con los rebeldes. Los EEUU se aliaron con eficacia con las milicias chiitas iraquíes para frustrar operaciones del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) en Irak, pero en Siria, algunas de esas mismas milicias están luchando junto con Al Assad y en contra de una alianza de grupos rebeldes, algunos de ellos apoyados por la administración de Obama.

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Las fuerzas progubernamentales movilizadas en Alepo incluyen miles de combatientes de milicias chiitas iraquíes apoyadas por Irán, conocidos como los comités de movilización popular, formados para luchar contra el Estado Islámico en Irak, cuando el ISIS tomó gran parte de ese país en 2014. También en la lucha hay miles de soldados iraníes y 2.000 refugiados afganos de Irán. El gobierno iraní ha sido cada vez más abierto sobre el hecho de que éstos no son sólo asesores, sino combatientes.

El Gobierno sirio y sus
El Gobierno sirio y sus aliados rusos bombardean Alepo constantemente con artillería pesada

Al menos 400 iraníes han muerto en "defensa de los santuarios chiitas" en Irak y Siria, según describe el gobierno iraní. En junio, una docena de miembros del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, algunos de alto rango, murieron en batallas cerca de Alepo, y en todo ese tiempo también murieron en combate un gran número de oficiales y soldados del ejército regular iraní.

Alrededor de Alepo, los gritos de batalla sectarios se pueden escuchar de ambos lados, describe un oficial del ELS, algunos insurgentes sunitas utilizan insultos contra los chiitas y su archienemigo -Irán- y también contra de los alawitas, la secta a la que pertenece Al Assad. Y algunos milicianos chiitas extranjeros llaman a sus enemigos por los nombres de los enemigos de la batalla de Karbala, acaecida en el siglo VII, que dividió a los sunitas de los chiitas.

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