El Estado Islámico convirtió una vez más en horror lo que se suponía era un momento de alegría y celebración. Un terrorista suicida ingresó el pasado lunes por la noche en una boda, realizada en el pueblo de Alto Tawil, ubicado en la provincia de Hasakeh, al noreste de Siria, y se inmoló asesinando a 36 civiles kurdos.
El novio, principal objetivo del ataque, era funcionario del partido kurdo, consigna Daily Mail.
El grupo yihadista reivindicó el atentado, detallando que uno de sus combatientes había disparado con una ametralladora contra los invitados de la boda. Al quedarse sin municiones, el terrorista se inmoló, según informó ISIS.
Las primeras imágenes que circularon del ataque muestran los asientos y el piso del salón cubiertos de sangre. Polvo y estructuras destruidas completan la sanguinaria escena.
En otra fotografía se puede observar el teclado que utilizó la banda de la boda, cubierto con una gruesa capa de polvo.
"A medida que la novia y el novio intercambiaban sus votos vi a un hombre que llevaba una chaqueta negra y pasó a mi lado", relató Ahmad, invitado al casamiento y sobreviviente del mortífero ataque.
"Pensé que tenía un aspecto extraño y unos segundos más tarde se produjo una enorme explosión", agregó.
"La gente cayó al suelo y vi cuerpo destrozados", completó su crudo relato Ahmad.
Walid Mohammad, fotógrafo de la boda, también compartió el terrible momento que le tocó vivir: "Vi morir a tanta gente…niños pequeños, ancianos".
La administración kurda informó que murieron 34 personas, y otras 90 resultaron heridas, entre ellas mujeres y niños. Sin embargo, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos dio una cifra más alta de 36 muertos.
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