"Vete al infierno", le dijo el presidente filipino Rodrigo Duterte este martes a su par estadounidense Barack Obama, tras revelar que Washington se había negado a vender armas a su país. Aunque destacó que no le importaba porque Rusia y China estaban dispuestos a proveer material bélico a la nación asiática.
En su más reciente ataque verbal, Duterte dijo que estaba realineando su política exterior porque Washington le había fallado a los filipinos, y añadió que en algún momento "voy a romper con Estados Unidos". No estaba claro qué quería decir con "romper".
Durante un discurso en Manila, Duterte dijo que Estados Unidos no quiere venderle a Filipinas misiles y otras armas, pero que Rusia y China le dijeron que podrían proporcionarlos fácilmente.
"Aunque pueda parecer una mierda para ti, es mi deber sagrado mantener la integridad de esta república y a las personas sanas", dijo Duterte.
Si no quieres vender armas, voy a ir a Rusia. Envié a generales a Rusia y Rusia dijo 'no se preocupen, tenemos todo lo que necesitan, se lo daremos'", agregó. China también mostró disposición a vender armas, dijo el líder filipino.
Los comentarios marcan el episodio más reciente de una lluvia casi diaria de hostilidad del mandatario hacia Estados Unidos, que ha expresado su preocupación por los abusos a los derechos humanos en Filipinas desde la llegada al poder de Duterte hace algunos meses.
A principios de septiembre, Obama pospuso una visita al país porque su par lo había llamado "hijo de puta". Sin embargo, ambos se encontraron en la gala de una cumbre en Laos, oportunidad en la que "limaron asperezas"
Cuando se le preguntó sobre los comentarios de Duterte, el vocero del Departamento de Estado estadounidense, John Kirby, sostuvo: "Francamente, esto parece contraponerse con la cálida relación que existe entre el pueblo filipino y el estadounidense".
La semana pasada Duterte fue noticia en los diarios de todo el mundo por compararse con Adolf Hitler y manifestar su voluntad de exterminar a 3 millones de drogadictos. Más tarde, y como consecuencia de las críticas de la comunidad internacional, el mandatario se disculpó por sus dichos.