Un ex sicario acusó este jueves, ante el Senado, al presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, de haber ordenado asesinatos y atentados contra mezquitas a los llamados "escuadrones de la muerte" que se cobraron la vida de más de 1.000 personas en 25 años. Los hechos habrían ocurrido cuando el actual jefe de Estado era todavía alcalde de la ciudad de Davao.
"Nuestro trabajo era matar a delincuentes como traficantes, violadores, rateros", dijo Matobato bajo juramento. El asesino confeso y supuesto ex miembro de un grupo que operaba bajo las órdenes de Duterte, agregó que algunos de sus objetivos no eran criminales sino rivales de Duterte y de uno de sus hijos en la ciudad de Davao. Además, el ex sicario afirmó que "Duterte dio la orden de matar a musulmanes en las mezquitas" en 1993, después de la explosión de una bomba en la catedral de la ciudad.
Matobato, de 57 años, reconoció haber perpetrado unos 50 de los secuestros y ataques letales, incluyendo a un hombre con el que dieron de comer a un cocodrilo en 2007 en Davao, en el sur del país.
La investigación del Senado es encabezada por la parlamentaria Leila de Lima, sobre las ejecuciones extrajudiciales ocurridas en el marco de la campaña antidroga de Duterte, que ha terminado con la vida de más de 3.000 personas -supuestos narcotraficantes y drogadictos- desde que asumió la presidencia del país en junio.
Matobato explicó sobre los hechos ocurridos en le ciudad de Davao, que algunas de las víctimas fueron baleadas y abandonadas en las calles o enterradas en tres fosas comunes. "Les estrangulamos. Les abrimos las tripas y luego cargamos sus cadáveres en un barco y les echamos al mar", relató sobre el asesinato de cuatro miembros del bando de Prospero Nograles cuando le disputaba a Duterte la alcaldía.
El ex sicario abandonó el programa gubernamental de protección de testigos en el que había entrado, cuando Duterte se convirtió en presidente por temor a ser asesinado.
El vocero presidencial, Martin Andanar, rechazó las acusaciones y señaló que las investigaciones gubernamentales sobre la etapa de Duterte como alcalde de Davao se cerraron por falta de pruebas reales.
No hubo reacción de inmediato de Duterte, que ha negado cualquier implicación en asesinatos extrajudiciales cuando era alcalde y desde su llegada a la presidencia.
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(Con infomación de AP)