Un importante estudio científico llegó a la conclusión de que los hombres con cáncer de próstata en etapa inicial que optan por seguir de cerca su enfermedad tienen las mismas probabilidades de sobrevivir al menos 10 años que quienes se someten a cirugías o tratamientos de radiación.
Los investigadores siguieron a distintos pacientes durante una década y la tasa de supervivencia al cáncer de próstata resultó tan alta –el 99 por ciento, independientemente del método que los hombres utilizaban– que se puso en duda no sólo la identificación del mejor tratamiento, sino también la necesidad de tratamiento alguno para los casos en estadio inicial.
"No ha habido evidencia alguna de que el tratamiento de la enfermedad en su primera etapa haga diferencia", dijo el líder del estudio, el Dr. Freddie Hamdy de la Universidad de Oxford. "Debido a que no se puede determinar muy bien cuál es un cáncer agresivo y cuál no, los pacientes y los médicos pueden sufrir la misma ansiedad por saber si la enfermedad progresará. Y eso los empuja hacia el tratamiento", explicó.
El Dr. Otis Brawley, director médico de la American Cancer Society, celebró el resultado del estudio, pero advirtió que será difícil convencer a los hombres a los que se diagnostica cáncer de próstata en etapa inicial de que omitan el tratamiento. "Nuestro enfoque agresivo ha dado lugar a que más de 1 millón de hombres estadounidenses recibieran un tratamiento innecesario", dijo Brawley, que no participó en el estudio.
La investigación fue publicada este miércoles en el New England Journal of Medicine. Fue financiada por el Instituto Nacional para la Investigación de la Salud del Reino Unido.
En el estudio participaron más de 82.000 hombres del Reino Unido, de 50 a 69 años de edad, que se habían hecho pruebas de PSA (antígeno prostático específico) en sangre. Los niveles altos de PSA pueden indicar cáncer de próstata, pero también pueden marcar condiciones más inofensivas.
Los investigadores se centraron en hombres con cáncer de próstata detectados temprano, cuando la enfermedad aún es pequeña y confinada a la próstata. De esos hombres, 1.643 aceptaron ser asignados al azar para someterse a cirugía, radioterapia o vigilancia activa. Esto último implica análisis de sangre cada tres a seis meses, asesoramiento y la consideración de tratamiento sólo si los signos sugieren empeoramiento de la enfermedad.
Una década más tarde, los investigadores no encontraron diferencias entre los grupos en las tasas de muerte por cáncer de próstata u otras causas. Más hombres que fueron monitoreados vieron que su cáncer empeoraba: 112 frente a 46 tratados con cirugías y 46 con radiación administrada. Sin embargo, la radiación y la cirugía trajeron más efectos secundarios, especialmente urinarios, intestinales o problemas sexuales.
La prueba de PSA sigue siendo popular en los EEUU, incluso cuando un grupo de trabajo gubernamental la condenó diciendo que hace más daño que bien porque produce falsas alarmas y sobretratamiento de muchos tipos de cáncer que nunca pondrían en peligro la vida de un hombre.
Otros expertos dijeron que los científicos deberían centrarse en la manera de averiguar qué tipos de cáncer son de tan lento crecimiento que no necesitan tratamiento y los que sí lo necesitan.
"Necesitamos algo que nos permita identificar antes a los hombres con enfermedad agresiva", dijo el Dr. Malcolm Mason, experto británico en cáncer de próstata. Y concluyó que este estudio confirmó que los hombres que estén en las primeras etapas de la enfermedad no deben preocuparse sobre la posibilidad de elegir un tratamiento equivocado.