El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, restó importancia al insulto que le dedicó su homologo filipino, Rodrigo Duterte, cuando lo trató de "hijo de puta". El hecho llevó a la anulación, por parte de Washington, de una reunión oficial entre ambos mandatarios.
"No me tomo estos comentarios de manera personal. Es una forma que tiene de hablar", comentó Obama en rueda de prensa tras concluir una cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) celebrada en Vientián, capital de Laos, y que contó con su participación.
Duterte, y su homólogo estadounidense, Obama, mantuvieron un diálogo breve en Laos, después del sonado incidente diplomático. Según confirmaron a la agencia de noticias EFE, fuentes del Ministerio de Exteriores de Filipinas, ambos mandatarios conversaron durante dos o tres minutos poco antes de la cena de gala que se celebró por la noche en el marco de la cumbre de la ASEAN.
En el corto encuentro, pudieron "limar asperezas", concretó a la prensa el portavoz del Ministerio de Exteriores filipino, Charles Jose. Las autoridades filipinas señalaron que existía la posibilidad de una reunión "informal" entre ambos mandatarios durante la cena, y que Obama estaría al lado de Duterte en la mesa, aunque finalmente se sentaron separados.
"Putang ini, mumurahin kita diyan sa forum na iyan" ("hijo de puta, te maldeciré en el foro", en tagalo), dijo Duterte sobre Obama, en respuesta a las críticas del estadounidense por la polémica guerra contra la droga iniciada por el presidente filipino el pasado julio y que causó más de 2.500 muertos.
Tras el claro gesto de distanciamiento de Washington, Duterte dijo que lamentaba que sus insultos se hayan "entendido como un ataque personal hacia el presidente de EEUU", y expresó su "profundo aprecio y afinidad" por Obama.
Filipinas es uno de los principales aliados de EEUU en el Pacífico donde Obama reorientó la política exterior de Washington para contrarrestar el auge de China. En los últimos años EEUU reforzó la cooperación militar con Manila, que disputa con Pekín la soberanía de varios islotes del mar de China Meridional.
Fuente: EFE