Hasta la noche del 14 de abril de 2014, Saa (cuyo verdadero nombre fue cambiado para preservar su identidad) vivía una vida bajo la relativa normalidad que implica ser una joven mujer en el norte de Nigeria.
A pesar de la creciente amenaza que ya representaba en ese entonces Boko Haram -el sanguinario grupo terrorista que desde 2002 comenzó a poner de rodillas a Nigeria- la joven de sólo 18 años continuaba asistiendo a la escuela alentada por sus padres, quienes nunca supusieron lo que sucedería esa fatídica noche.
Decenas de mercenarios irrumpieron en la escuela de mujeres ubicada en el pueblo de Chibok, al norte de Nigeria, secuestrando en el proceso a 276 niñas, en lo que se convertiría en uno de los secuestros en masa más atroces de la historia moderna.
La tragedia que despertó indignación a nivel mundial puso el foco sobre la administración del presidente nigeriano en ejercicio en ese momento, Goodluck Jonathan, y su falta de iniciativa para responder ante la crisis humanitaria. Su sucesor y actual primer mandatario Muhammadu Buhari no logró cambiar el estado de situación y continúa siendo cuestionado por su falta de accionar.
Mientras tanto, desde el continente americano, la primera dama de los Estados Unidos se convertiría en una de las líderes mundiales con mayor involucramiento en una campaña de concientización que llegó a ser tendencia en redes sociales en la que se reclamaba el regreso a salvo de las niñas a sus hogares.
En una evento llevado a cabo este lunes en el Adrienne Arsht Center for the Performing Arts del condado de Miami-Dade, la congresista por el estado de la Florida Frederica Wilson y una de las mayores responsables en instalar en la agenda de Washington la necesidad de rescatar a la niñas secuestradas, se sumó a al reconocido abogado especialista en Derechos Humanos internacionales Emmanuel Ogebe y al presidente del International Press Institute (IPI), John Yearwood, con el objetivo de tratar en profundidad la preocupante temática de la esclavitud infantil.
Luego de la reciente aparición con vida y con un bebé de cuatro meses en brazos de Amina Ali el pasado mayo, sumado a la difusión por parte de Boko Haram de un video en donde se logra identificar a algunas de las jóvenes secuestradas con vida junto a sus captores, el presidente Buhari se ha visto obligado a ceder ante la presión mundial y ha comunicado estar dispuesto a intercambiar prisioneros de Boko Haram por las niñas secuestradas de Chibok.
El reconocido anfitrión del canal de noticias Local 10 WPLG de la cadena ABC, Calvin Hughes, ofició de moderador del evento y no dudó en preguntarle a la sobreviviente del secuestro masivo si sentía algún tipo de remordimiento por haber logrado escapar dejando atrás a sus compañeras de escuela.
"Yo no siento culpa en lo más mínimo, dado que creo que Dios tenía otro propósito para mi. Ahora estoy aquí con ustedes contándole al mundo mi historia, todavía mucha gente piensa que no sucedió. Mucha gente dirá "Esto realmente pasó" y harán algo al respecto para rescatar a las niñas que siguen secuestradas".
Luego de tener el coraje de saltar del camión donde viajaba junto a las otras estudiantes cautivas, hoy Saa vive en los Estados Unidos y se encuentra estudiando medicina con el objetivo de algún día poder salvar vidas en su Nigeria natal.
A más de dos años del secuestro masivo que puso en vilo al mundo entero, 218 jóvenes todavía esperan en cautiverio ser rescatadas, símbolo de la desgarradora crisis humanitaria que viven millones de personas del género femenino, en la que sus derechos humanos están siendo dejados de lado ante la creciente amenaza mundial del fundamentalismo religioso.