El periodista, vestido con un chaleco antibalas y un casco que lo identificaban como miembro de la prensa, hablaba ante la cámara. Detrás suyo había un tanque con una bandera.
Acababa de señalar al vehículo blindado cuando una bomba cayó del cielo y lo destruyó. La explosión no lo alcanzó por centímetros.
En una foto difundida posteriormente se puede ver a Moath Al Shami, de Al-Jazeera, sentado, ya sin el casco. Tiene la frente ensangrentada como resultado del estallido.
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El periodista David Gilkey y su traductor fueron asesinados en Afganistán https://t.co/AJBxkrRTwS pic.twitter.com/ONuu2ocIMa
— Infobae América (@InfobaeAmerica) June 6, 2016
Considerando lo ocurrido con muchos otros corresponsales que murieron cubriendo el conflicto sirio en situaciones muy similares, Al Shami puede considerarse afortunado.