Pese a la seguridad y fiel a su estilo menos pomposo, el Sumo Pontífice viajó en un tranvía moderno y ecológico, conocido como el "Krakowiak", con los colores del Vaticano blanco y amarillo, para llegar al parque de Blonia, en el centro de la ciudad polaca de Cracovia, donde se realiza la Jornada Mundial de la Juventud.
Fueron tan sólo unos cuantos kilómetros, los que separan el arzobispado, donde el pontífice se aloja, y el parque Jordán, en Blonia, pero Francisco se convirtió así en el primer pontífice que sube a un tranvía.
Antes de subir al tranvía, el alcalde de Cracovia, Jacek Krupa, le entregó las llaves de la ciudad y con otras autoridades subieron para el pequeño paseo.
En el vagón del papa se encontraban 15 jóvenes con minusvalías, que le acompañaron durante el trayecto, y a quienes saludó uno a uno.
Durante unos minutos estuvo sentado con una niña y después se quedó sólo y fue saludando desde la ventanilla del tranvía a los fieles que se agolparon en los márgenes de la carretera.
El tranvía es uno de los medios de transporte público más importantes y más utilizados en Cracovia, y en estos días en los que se ha prohibido el uso de automóviles privados por el centro de la ciudad es el más utilizado por los jóvenes.
Tras bajar del tranvía, Francisco se subió de nuevo al "Papamóvil" y entre los saludos de la multitud presente recorrió una calle interna del mencionado parque hasta el altar desde donde preside la jornada.
"Finalmente nos encontramos, gracias por esta calurosa bienvenida", afirmó Francisco al comenzar su discurso frente a la multitud de jóvenes que lo acompañaban.
Antes de esto el Santo Padre presidió una misa frente a 300 mil personas en el santuario de la también polaca ciudad de Czestochowa, en la que denunció "la tentación del hombre por la búsqueda del poder".
Cientos de católicos acogieron este jueves a la máxima autoridad de la iglesia en Czestochowa, en lo que fue el primer "baño de multitudes" del papa argentino en Polonia, donde sufrió una caída pública sin consecuencias.
"El Papa está bien. Regresó en helicóptero porque el tiempo mejoró", aseguró el estadounidense Greg Burke, nuevo vocero del Vaticano.
El pontífice había cambiado su programa en la mañana para trasladarse en automóvil y no en helicóptero de Cracovia a Czestochowa, a unos 100 kilómetros de distancia, y se temía que el regreso en helicóptero hubiera sido decidido por su aparatosa caída, transmitida en directo por televisión.
Antes de la solemne ceremonia para conmemorar el 1050 aniversario del "bautizo de Polonia", a la que asistieron numerosos obispos de todo el mundo así como las autoridades nacionales, el papa, de 79 años, se cayó mientras se dirigía al altar, lo que generó inmediatamente preocupación.
Francisco cayó de un escalón no muy alto mientras caminaba hacia el altar y tuvo que ser levantado por un grupo de religiosos que lo asistían, tras lo cual prosiguió la celebración sin problemas.
No es la primera vez que Francisco se cae, ya que en varias oportunidades se ha tropezado públicamente y en una ocasión se enojó por los empujones de los fieles que le provocaron la pérdida de equilibrio.
Francisco llegó a bordo del papamóvil a la explanada del popular santuario de Jasna Gora, el lugar donde desde el siglo XIV se venera el ícono de la "Virgen Negra", llamada así por el color de su piel y donde una muchedumbre silenciosa lo esperaba.
Antes de celebrar la misa el papa se recogió en silencio en la capilla ante el ícono, que según la tradición fue realizado por San Lucas, que lo pintó con el verdadero color de su piel.
Igual que sus predecesores Juan Pablo II y Benedicto XVI, Francisco donó una rosa de oro, el regalo tradicional que los pontífices ofrecen a los santuarios marianos.