Alrededor de 200 soldados, atrincherados en la sede del Estado Mayor de las fuerzas armadas en Ankara, se rindieron a los cuerpos de seguridad en Turquía, donde un grupo de militares golpistas intentó tomar el poder, informó la agencia estatal Anadolu.
Son soldados rasos que habían depuesto las armas, según la misma fuente. Fuerzas especiales se encontraban asegurando el cuartel general del Estado Mayor.
Tras esta rendición, el jefe interino del ejército, Umit Dundar, dijo que las Fuerzas Armadas habían "desbaratado la intentona golpisa", según consigna la agencia AFP.
"El intento de golpe de Estado fue rechazado desde el inicio por la comandancia. Una solidaridad histórica en Turquía hizo fracasar el intento golpista", consideró.
En tanto el presidente Recep Erdogan pidió a los civiles turcos que sigan manifestándose en las calles ante el peligro del surgimiento de otro foco.
El mandatario advirtió que los partidarios del levantamiento "pagarán un alto precio por su traición a Turquía".
"Aquellos que manchen la reputación de las fuerzas militares deben irse. El proceso ha comenzado hoy y continuará mientras continuamos combatiendo a otros grupos terroristas", agregó en declaraciones recogidas por la agencia AP.
En total, 1563 militares fueron detenidos entre el viernes y el sábado, mientras quu 104 personas murieron y 1154 resultaron heridas en el intento de golpe de Estado.