Se habían reunido con cientos de franceses para participar de los festejos del Día de la Bastilla. Habían viajado a Niza desde Austin, Texas, y no se querían perder una fiesta popular tan importante para el mundo occidental.
Sean y Kim Copeland, junto con sus hijos Maegan, Austin y Brodie, estaban viendo el espectáculo de fuegos artificiales cuando un camión irrumpió arrasando a su paso con todas las personas que encontraba. Al menos 84 murieron y 18 resultaron heridas.
Las autoridades estadounidenses no confirmaron la presencia de ningún connacional entre las víctimas, pero rápidamente se viralizó un mensaje de Facebook que daba sus condolencias a la familia Copeland por la pérdida. Ante las consultas periodísticas, Jess Davis emitió un comunicado a pedido de ellos confirmando lo peor.
"Estamos quebrados y conmocionados por la pérdida de Brodie Copeland, un hijo y un hermano increíble, que alegraba nuestras vidas, y de Sean Copeland, un esposo y padre maravilloso. Los amamos mucho", dice el mensaje distribuido en los medios.
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El instante en el que el camión embiste a la multitud en el atentado en Niza: 73 muertos https://t.co/geWFvPwYtWhttps://t.co/rkmObhih3F
— Infobae América (@InfobaeAmerica) July 14, 2016
La liga de béisbol de Hill Country, donde jugaba Brodie, publicó en su cuenta de Facebook un mensaje de despedida. "Esta noche tengamos a los Copeland en nuestras plegarias. Hoy nuestro querido Brodie Copeland, así como su padre, Sean, fueron asesinados en el ataque terrorista en Niza, Francia. Nadie merece un destino así, menos una familia tan maravillosa. Están en nuestros corazones, pensamientos y plegarias. Descansen en paz".
Por el momento no se conocen otros casos de ciudadanos extranjeros fallecidos en el atentado. Boris Johnson, flamante ministro de Relaciones Exteriores del Reino Unido, confirmó que un británico está entre los heridos, pero fuera de peligro.