El caos se apoderó de las calles de Estambul y Ankara en Turquía, horas después de que un grupo del Ejército anunciara que había "tomado el poder", lo que creó confusión y provocó varios choques entre los militares y los seguidores del régimen de Recep Erdogan.
Al menos 161 personas han muerto en todo el país, según datos de la Fiscalía general citadas por el diario Hürriyet. Poco antes, la Fiscalía del distrito de Gölbasi en Ankara había asegurado que ha habido 42 muertos sólo en la capital.
En tanto la agencia estatal de noticias Anadolu informó que los heridos ascendían a 1154.
Por su parte, el primer ministro, Binali Yildirim, afirmó que los cabecillas de la rebelión son unos 40 altos mandos, principalmente coroneles pero también algunos generales, uno de los cuales habría muerto durante el golpe. Además, informó de que unos 1563 militares han sido detenidos. Según fuentes oficiales 29 coroneles y cinco generales fueron removidos de sus cargos.
Mientras hay varios reportes de que cazas F-16 derribaron un helicóptero de los golpistas en Turquía (TV), la agencia de noticias estatal informó que 17 oficiales de Policía fueron asesinados, aumentando la desazón en el país.
El levantamiento militar en Turquía ha provocado choques con civiles y ataques aéreos, mientras que el Gobierno ha pedido a sus seguidores que salgan a la calle para detener a los militares rebeldes.
La sede de la Dirección de Seguridad en Ankara fue atacada al menos dos veces por aviones y helicópteros del Ejército. Y en torno a ese edificio se han oído numerosos disparos y explosiones, así como en las inmediaciones de la emisora de televisión pública TRT.
Así fue atacada la sede de Inteligencia en Ankara
Además, los medios locales comunicaron que se ha producido una fuerte explosión en el centro de la unidad especial de la Policía en el distrito de Golbasi, en Ankara.
Los medios han informado de varios heridos, e incluso de muertos, en Estambul y Ankara.
Footage from #Esenler #Istanbul (warning: source unidentified) pic.twitter.com/HmBYimkPEZ
— Arzu Geybulla (@arzugeybulla) July 15, 2016
Aviones militares han realizado pasadas a baja cota sobre Ankara, mientras que los carros de combate controlaban los accesos al aeropuerto de Estambul, que ha quedado cerrado al tránsito aéreo.
Posteriormente, los soldados se retiraron y la policía ocupó el edificio del aeropuerto, donde se congregaron cientos de personas.
Al mismo tiempo, numerosos vehículos blindados han cortado la principal avenida de Estambul, cerca de la sede central de la Policía de la ciudad, la más importante del país.
La Gendarmería ha bloqueado los accesos a los principales puentes que unen la parte europea con la asiática en Estambul.
La agencia de noticias privada Dogan asegura que el Ejército disparó contra un grupo de manifestantes contrarios al golpe de Estado que intentó cruzar uno de esos puentes. Las imágenes de televisión muestran varios heridos en este incidente.
Mientras, las autoridades civiles de Turquía han hecho un llamamiento a la población a lanzarse a la calle para resistir el intento de golpe de Estado, que según el presidente turco, el islamista Recep Tayyip Erdogan, está protagonizado por un pequeño grupo de militares que no tiene posibilidades de éxito.
"Este golpe de Estado nunca tendrá éxito. Tarde o temprano será eliminado", aseguró Erdogan por teléfono a la emisora CNN Türk. "Van a recibir la respuesta de la nación y van a pagar un alto precio por actuar contra la nación. No les vamos a ceder el campo. Pronto vamos a eliminar su actitud", aseguró Erdogan, cuyo país es un miembro clave de la OTAN.
Aunque en un principio hubo rumores de que Erdogan estaba tratando de volar a Alemania, el viceprimer ministro, Veysi Kaynak, declaró a CNN Türk que el presidente estaba viajando hacia Estambul.
El primer ministro turco, Binali Yildirim, calificó el intento golpista de "terrorismo".
El ministro de Justicia, Bekir Bozdag, ha llegado a pedir a la gente que se eche a la calle y "salte sobre los tanques" para detener el intento de golpe de Estado iniciado por militares rebeldes.
Tanto el presidente Erdogan como el Gobierno han responsabilizado de la asonada a lo que llevan años llamando "el Estado paralelo"; es decir, los seguidores del predicador islamista Fetullah Gülen, al que acusan de intentar desestabilizar Turquía.
Por todo el país las mezquitas están emitiendo continuamente rezos.
Dos de los partidos parlamentarios en la oposición, el socialdemócrata CHP y el nacionalista MHP, han condenado la intentona golpista.