Medios de prensa mundiales y analistas internacionales sabían que, sin dudas, el referéndum celebrado el 23 de junio en Reino Unido iba a transformar el escenario político europeo y el británico en particular, ya sea que hubiese ganado la permanencia dentro de la Unión Europea (UE) o, lo que efectivamente sucedió, el triunfo del Brexit para el posterior abandono del bloque regional.
Los principales impulsores del Brexit y la campaña "Leave" (Abandonar) salieron fortalecidos políticamente tras lograr su ambicioso objetivo. En el caso del ex alcalde de Londres, Boris Johnson, su candidatura a líder del Partido Conservador y por consiguiente Primer Ministro, tras la dimisión de David Cameron, era un hecho. Para Nigel Farage, el líder del euroescéptico Partido de la Independencia de Reino Unido (UKIP, por sus siglas en inglés) lograr lo que parecía imposible lo catapultó a la fama.
Pero no todo terminó con el resultado del plebiscito y las luces de la fama parecieron extinguirse cuando Boris Johnson y Nigel Farage, las figuras políticas del momento en Europa, decidieron abandonar sus intenciones para liderar los destinos del país ante la sorpresa de todos.
"Constato solamente que los radiantes héroes del Brexit de ayer son los tristes héroes de hoy" afirmó Jean Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea en el parlamento del bloque. El líder europeo fue duro con los impulsores de la separación: "Los que provocaron este resultado en Gran Bretaña, abandonan el escenario uno tras otro: Johnson, Farage y otros".
El ex alcalde de Londres aseguró, días antes del referéndum, que el 23 de junio sería "el día de la independencia de Reino Unido". Al obtener el triunfo en las urnas, su imagen positiva aumentó y sus aspiraciones para llegar al 10 de Downing Street – la sede de gobierno británico- tuvieron el camino libre. Sin embargo, una traición de parte de su colega conservador y ministro de justicia, Michael Gove, quien había pactado ayudar a Johnson a llegar a la jefatura de gobierno, le asestó el golpe de gracia.
Gove entró por su lado a la competencia para ser Primer Ministro y declaró: "Boris no puede ofrecer el liderazgo o construir el equipo que se necesita para la importante tarea de gobernar". Tales declaraciones, inesperadas de parte de su colega, forzaron la renuncia de Johnson a la carrera por gobernar el país.
La opinión pública catalogó como "traición" la actitud del ministro de justicia y la respuesta de Johnson no fue la habitual actitud aguerrida que demostró durante la campaña por el Brexit, sino un desgano que le dio a Gove el lugar para su golpe final y asegurar que la candidatura del ex alcalde de Londres no era posible. "Tenía el sentimiento de que no estaba listo para responder al desafío", aseguró el ministro de justicia. Este jueves, Gove fue a su vez eliminado de la carrera interna del partido y las únicas candidatas que quedaron en carrera para suceder a David Cameron son Andrea Leadsom y Theresa May.
Farage, otro de los íconos del Brexit y quien se denomina "independentista" tuvo una despedida de la escena política un poco más humillante. Ante la mirada atónita de sus seguidores, el británico de 52 años expresó que quería volver a su "vida normal" tras lograr el objetivo planteado. "La victoria de la salida (de la UE) en el referéndum significa que he alcanzado mi ambición política", declaró Farage, quien asumió el liderazgo del UKIP en el año 2006. "Vine a este combate desde el mundo de los negocios porque quería que fuéramos una nación que se gobernara a sí misma, no para convertirme en un político de carrera" aseguró el euroescéptico y causó la inmediata respuesta de sus detractores.
"Farage es el último cobarde en abandonar el caos que ha creado", opinó el parlamentario europeo alemán Manfred Weber y a sus declaraciones se sumó su colega holandesa Sophie in't Veld: "Primero quería que le devolvieran su país, ahora quiere recuperar su vida. Pero lo que no devolverá es su escaño de eurodiputado".
"Creo que lo correcto es que me haga a un lado como líder del UKIP" declaró Farage y dijo que los mejores días de su partido están por llegar ya que se abandonará la 0909UE y los términos de retirada todavía no están claros de parte del gobierno conservador y del otro lado un Partido Laborista fragmentado que le dará al UKIP, según Farage, la victoria en el 2020.
Por el momento, la elección de la nueva Primer Ministro recae en los 150.000 afiliados al Partido Conservador quienes deberán elegir entre Theresa May o Andrea Leadsom el próximo 9 de septiembre.