Después de la masacre de Orlando, en la que 49 personas fueron asesinadas a tiros en un club nocturno concurrido por la comunidad LGBT, el experto en extremismo de la Universidad George Washington Lorenzo Vidino compartió con el medio Politico Magazine su análisis del fenómeno en el país del norte. "Siempre habrá alguien que caiga en las grietas del sistema", advirtió el experto, sobre el proceso de radicalización.
Vidino indicó, primero, que no todos los extremistas están bajo investigación.
"Al final del año pasado, poco más de 1.000 extremistas islámicos en los 50 estados estaban siendo investigados activamente por el FBI. Con el fin de abrir una investigación, el FBI necesita tener evidencia de conducta criminal o alta sospecha de comportamiento criminal", explicó.
El experto agregó que existe un número mayor de extremistas en el país –simpatizantes del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) o de la ideología yihadista– que no están siendo investigados de forma activa. Fue el caso del atacante de San Bernardino, así como también el de Orlando.
Vidino señaló que la amenaza extremista no es menos importante en Estados Unidos que en Europa, pero es distinta.
"Es cierto que la magnitud del problema es menor en los Estados Unidos que en Europa", indicó Vidino, quien destacó las dificultades a las que se enfrentan los simpatizantes de la ideología yihadista para integrar círculos extremistas, en comparación con lo que sucede en el Viejo Continente. El experto dio varias razones para ello: la distancia geográfica que separa EEUU y Medio Oriente es una. Otra sería la agresividad con la que actúa el FBI.
"En Europa, los yihadistas viajan a Siria. La mayoría de ellos se quedan allí, luchan allí y mueren allí. Aquí en los EEUU, las personas que abrazan esa ideología se quedan en el país", dijo Vidino como ejemplo de las especificidades de la lucha antiterrorista en el país norteamericano.
Es un error suponer que todo sucede en internet, según el especialista estadounidense.
"No se puede negar que internet tiene gran responsabilidad en la radicalización", dijo Vidino, quien señaló, sin embargo, que la radicalización tiende a tener lugar dentro de pequeños grupos de personas que interactúan entre sí físicamente, ya sea que concurren a la misma mezquita, los mismos seminarios, o a reuniones en sus apartamentos".
Consideró además que, en materia de extremismo, no se puede culpar solamente a la falta de integración.
"Creo que es un argumento profundamente defectuoso, porque se supone que la radicalización es un subproducto directo de la mala integración. Hay una gran cantidad de evidencia que refuta eso. La integración es ciertamente un factor, pero es sólo uno de muchos, muchos otros factores", aseveró.
El experto, que estudia el fenómeno desde hace quince años, aseguró que la mayoría de los individuos que se radicalizan tienden incluso a estar "bastante bien integrados", como fue el caso de los asesinos de San Bernardino, Orlando y Chattanooga.
Los extremistas constituyen un grupo heterogéneo, según el experto.
"Hay hombres y mujeres, adolescentes y hombres de unos 40 años; hay personas con títulos de grado y otras que abandonaron la escuela secundaria. Hay personas que tienen familias y buenos puestos de trabajo, y 'almas perdidas'. Los extremistas tienen todo tipo de origen étnico y geográfico. Algunos viven en pequeñas ciudades y otros en grandes", enumeró Vidino, quien sostuvo además que no existe un solo camino hacia la radicalización.
Lorenzo Vidino señaló que el extremismo no está siempre relacionado con el Estado Islámico o con la religión.
"Muchas veces nos limitamos a hablar de organizaciones específicas. ¿Esta persona está vinculada a ISIS, Al Qaeda, Al Shabaab o algún otro grupo? Algunos extremistas realmente se preocupan por el grupo al que pertenecen. Pero la mayoría de las veces, estas personas están interesadas en las ideas que son comunes a todas esas organizaciones", dijo Vidino, quien además señaló que la religión tampoco es un factor determinante.
El experto advirtió sobre lo que él considera el verdadero peligro: la ideología extremista trasciende a los grupos que la encarnan. "ISIS es sólo el sabor del día", dijo.
Para el experto, el FBI tiene dos opciones en la lucha contra la radicalización.
Una consiste en presionar a los extremistas a cometer un crimen, por medio de operaciones encubiertas en sus círculos. "Dejando de costado las preocupaciones por las libertades civiles, este tipo de operación es muy eficaz", consideró Vidino.
La otra consiste en "desradicalizar" mediante un mentor, un imán, un pariente o un ex extremista y convencer a la persona de que su línea de pensamiento es errónea. "Funciona en algunos casos; no funciona en muchos otros", evaluó el experto.