Un cuadro hallado junto a un bote de basura en Roma en 2006 por un vendedor de un mercado de pulgas podría convertirlo en millonario, cuando una firma romana se dispone a probar que se trata de un Modigliani auténtico y exhibirlo a la comunidad.
Sin embargo, el maestro modernista es uno de los artistas más buscados y reproducidos y muchos creen que podría tratarse de una falsificación.
Por esta razón, el Instituto Amadeo Modigliani, que sostiene que el retrato firmado de Odette podría ser auténtico, planea someterlo a un análisis de laboratorio para despejar las dudas, y exhibirá la obra al público a partir de esta semana con la esperanza de iniciar un debate académico sobre su autenticidad.
"Les aseguro: esto no es una falsificación. Tenemos un hallazgo", insistió Luciano Renzi, presidente del instituto y gerente de una agencia de publicidad. Si bien reconoce que corresponde a los expertos certificar la autenticidad de la obra, insiste en que no lo sometería al análisis crítico "si el instituto no lo creyera firmemente".
Sin embargo, el instituto no está capacitado para autenticar obras de Modigliani, tiene interés financiero en obtener publicidad para su exhibición y el laboratorio que contrató se niega a datar la pintura.
Amedeo Modigliani murió en 1920 en París, a los 35 años, de meningitis tuberculosa. En su carrera, tan breve como intensa, produjo varias obras maestras: retratos, desnudos y esculturas, muchos de los cuales incluyen los característicos cuellos esbeltos de sus musas.
Sus obras suelen alcanzar altos precios en la subastas internacionales. En 2015, Nu Couché fue vendido por la casa Christie's sde Londres por más de 170 millones de dólares, lo que lo convirtió en el segundo cuadro más caro del mundo detrás de Les femmes d'Alger, de Picasso.
La aparición de la pintura hasta ahora desconocida sucede en momentos que el Instituto Amedeo Modigliani trata de recuperarse de un escándalo, cuando su entonces presidente, Christian Parisot, fue arrestado en 2012 y acusado de autenticar obras sabiendo que eran falsas.
Parisot y Renzi fundaron el instituto hace 10 años para alojar el archivo documental del artista, legado a Parisot por la hija única de Modigliani. El instituto no se vio implicado en el escándalo, pero su prestigio quedó afectado por asociación.
"Es extremadamente raro que una obra aparezca repentinamente de la nada, sin rastros anteriores", dijo Kenneth Wayne, director del Proyecto Modigliani en Nueva York. "Si una obra aparece repentinamente en 1990 o 2016 sin la menor (prueba) de exhibiciones o programas, eso despierta grandes dudas, es una señal de alarma", agregó.
El instituto y el dueño de la obra destacan dos análisis de laboratorio que, dicen, confirman que la obra data de las primeras dos décadas del siglo XX, en vida del artista y antes de que aparecieran las primeras copias de sus obras. Los análisis no detectaron rastros de dióxido de titanio, que empezó a usarse en la fabricación de pinturas y pigmentos en 1924 y serían una señal cierta de falsificación dado que Modigliani murió cuatro años antes.
El marco de madera, la tela, los colores y la suciedad de la superficie corresponden a la época en que vivió Modigliani, dijo Alberto D'Atanasio, docente de una academia de arte de Brescia que fue contratado por el instituto para hacer una evaluación.
Sin embargo, el mismo laboratorio contratado por el instituto se niega a datar el cuadro.
"La pintura sugiere un envejecimiento, pasaron años, pero retrotraerlo a 100 años, eso no podemos hacerlo", dijo Luana Casaglia, restauradora de la Cooperativa Beni Culturali en Spoleto. "Sería demasiado arriesgado decirlo", consideró.
El dueño no apareció nunca en público, lo cual es otro motivo para sospechar. Su abogado romano Gennaro Arbia se limita a señalar que es un comerciante en un mercado de pulgas que encontró la pintura en 2006 apoyada contra un receptáculo de basura en la estación La Rustica del metro, en las afueras de Roma. Estaba dañado por mordeduras de ratas.
Arbia reconoce que su cliente quiere vender la obra, aunque sería difícil hallar a un coleccionista dispuesto a pagar una fortuna por una obra sin procedencia. También el instituto tiene un interés financiero en promover Odette, que formará parte de una próxima exhibición de reproducciones de Modigliani en un festival artístico en Spoleto.
Y todos reconocen la abundancia de falsificaciones de Modigliani: en 1984 se "descubrieron" tres cabezas esculpidas que el artista supuestamente arrojó a un canal en Livorno, su ciudad natal. Tres jóvenes confesaron luego que se trataba de una broma, ya que habían tallado las cabezas con un taladro para arrojarlas al canal.
Con información de AP