"Cereal" con sabor a hormigas y una dieta para perezosas embarazadas: los retos de una nutricionista veterinaria

Heidi Bissell, encargada de la alimentación de los animales en Busch Gardens, tiene menos de 30 colegas en el mundo y diseña un plan de nutrición especial para cada ejemplar, según sus condiciones y necesidades

Guardar
Heidi Bissell, nutricionista veterinaria de Busch Gardens Tamba Bay
Heidi Bissell, nutricionista veterinaria de Busch Gardens Tamba Bay

Para muchos amantes de los animales, Heidi Bissell tiene un trabajo soñado. Es la encargada de supervisar personalmente la alimentación de más de 12 mil ejemplares, divididos en cerca de 300 especies de todo tipo, en uno de los zoológicos más famosos del mundo.

Como nutricionista veterinaria de Busch Gardens, en Florida, Bissell tiene apenas un puñado de colegas en el mundo, calculadas en menos de 30. Llegar hasta allí no fue fácil: hizo su carrera en zoología, luego una maestría en ciencias animales, y remató con un programa de doctorado de siete años, también en zoología.

En entrevista con Infobae, la especialista explicó que algunos animales exóticos tienen una alimentación bastante sencilla, mientras que en otras especies puede ser más complicada. "Las cebras comen como los caballos, las jirafas son como cabras altas, los tigres tienen mucho en común con los gatos domésticos. Los más diferentes son las especies que comen insectos o peces, y pueden ser un gran desafío", indicó.

Junto a su equipo, diseñan las dietas de los animales, ya sea en carnes, frutas o verduras, pero también puede tratarse de alternativas más elaboradas, como un alimento especial formulado en laboratorios con la cantidad precisa de vitaminas y proteínas que la especie necesita. Además, resaltó lo difícil que es cuando debe encargarse de la alimentación de un animal rescatado, que llega débil por las diversas condiciones que presentan. "Hay mucho trabajo duro para hacer que vuelvan sobre sus pies (o aletas) saludablemente antes de regresarlos a su hábitat natural", apuntó.

¿Qué tan diferente es la nutrición de un animal bajo cuidado con respecto a su dieta en su hábitat natural?

La gente suele pensar que los animales en cuidado idealmente comerían lo mismo que en la vida silvestre. En realidad, no es cierto. Nuestros animales requieren dietas más densas en nutrientes, así que su comida habitual generalmente no sería lo mejor para ellos. Además, lo que requieren son nutrientes, y no comidas particulares, y eso nos da mucha flexibilidad para cumplir con sus necesidades.

En Busch Gardens, tenemos en stock más de 800 comidas de animales, incluyendo una variedad de alimento balanceado (similar a los productos comerciales para perros o gatos), frutas y verduras frescas, heno, hojas, insectos, roedores, carne y huesos. Con esta increíble variedad, podemos cumplir hasta con los animales más selectivos y exquisitos. Tratamos de elevar los nutrientes para que nuestros animales tengan vidas más largas y saludables. Y eso a veces significa hacer algunos cambios: por ejemplo, la fruta que crece en los bosques profundos suele ser más pequeña, seca y amarga que la fruta de las tiendas. Entonces las reemplazamos por otras verduras, como calabaza, que tienen el mismo valor nutricional. Además, complementamos la dieta con bocados formulados con la nutrición que se ajusta con precisión a sus necesidades, como si fuese un suplemento vitamínico diario.

¿Algún animal tiene una dieta particularmente inusual?

Muchas especies son nutricionalmente similares a los animales domésticos. Las cebras comen como los caballos, las jirafas son como cabras altas, los tigres tienen mucho en común con los gatos domésticos. Sin embargo, los más diferentes son las especies que comen insectos o peces, y pueden ser un gran desafío. Estudiamos de cerca a los animales para aprender de ellos. Ahora estoy trabajando duro para determinar los nutrientes que necesitan los animales que comen hormigas y termitas. En lugar de darles un plato de insectos, que se irían a cualquier lugar, les damos un alimento comprimido con todas las proteínas, aminoácidos de las hormigas y termitas… ¡pero se parece mucho al cereal!

¿Hay algún hábito especial u otros retos (como embarazos) que necesiten aplicar cambios en las dietas?

Todas las dietas son formuladas para cumplir con los requerimientos nutricionales de cada animal y las reviso regularmente en cada etapa de su vida. Cada animal tiene su propio plan, diseñado teniendo en cuenta los comportamientos y preferencias. Ajustamos el plan en base a su edad, nivel de actividad, historial médico y hasta por temporada. Algunas aves necesitan más calcio durante la época de apareamiento, cuando forman los huevos, y algunos antílopes necesitan más grasa cuando están amamantando a sus crías. Durante los embarazos, las modificaciones son menores. Solo durante la lactancia es que vemos grandes cambios en las necesidades alimenticias.

¿Cuál ha sido la situación más desafiante que has vivido en tu trabajo?

Para mí, las situaciones más desafiantes son los rescates y rehabilitación de animales silvestres. A menudo, llegan tan débiles y enfermos que no son capaces de comer por sus propios medios. Los alimentamos por tubos hasta que son suficientemente fuertes para comer por sí solos. Hay mucho trabajo duro para hacer que vuelvan sobre sus pies (o aletas) saludablemente antes de regresarlos a su hábitat natural.

También, un desafío reciente fue cuando tuvimos a una perezosa embarazada, porque en ese momento no contábamos con mucha documentación sobre el proceso de gestación. Pudimos monitorearla desde etapas iniciales y compartir la información con otros zoológicos y organizaciones.

Un perezoso, alimentado por el equipo de Busch Gardens
Un perezoso, alimentado por el equipo de Busch Gardens

¿Qué pasa cuando un animal se niega a comer?

Una parte importante del cuidado animal es asegurarnos de notar los cambios de los animales en su conducta y consumo. Todas las dietas son pesadas, así como los restos que dejan, para saber cuánto están comiendo. Observamos con cuidado por qué un animal podría no estar comiendo para decidir qué hacer.

Puede ser porque algo los estresa, y trabajamos para arreglar el problema. O a veces hay cambios estacionales, que es un comportamiento normal en alguna especie. Los cocodrilos casi no comen durante el invierno y es normal aquí en Florida. Y a veces, simplemente tenemos animales más exquisitos con su comida, y podemos cambiar su dieta para darle más variedad o usar distintas técnicas para alentarlo a que coma, ya sea ofreciéndole comida a diferentes horas o de diferente manera, o hasta hacer cambios en la dieta, siempre que cumpla con sus necesidades nutritivas.

Si la conducta persiste, lo trasladamos al centro de cuidado para asegurarnos que su salud se mantenga estable.

LEA MÁS:

Guardar