Esta semana murió Otto Warmbier, el joven estudiante norteamericano que permaneció un año y medio detenido en Corea del Norte. A dos días de su muerte, circularon en las últimas horas fotos de su viaje a Pyongyang antes de ser detenido y apresado por el régimen de Kim Jong-un.
Las fotos muestran al joven de 22 años disfrutando de su estadía en el país asiático junto al grupo de norteamericanos con el que realizó el viaje.
En la mayoría de las imágenes se puede ver a un Otto sonriente, una de sus principales cualidades que describieron sus compañeros de viaje.
Además de los momentos de diversión, también visitó diferentes lugares turísticos, como la plaza en la que se encuentra una estatua de los dictadores Kim Il-sung y Kim Jong-il.
Selfies, comidas, diversión y turismo. Así se desarrolló su travesía por Pyongyang, totalmente ajeno al oscuro destino que enfrentaría.
El 2 de enero de 2016 se trasladó con el grupo de viaje al aeropuerto de la capital norcoreana para tomar el vuelo de regreso a Estados Unidos. De repente, dos guardias de seguridad se acercaron, le golpearon en el hombro y se lo llevaron sin ninguna explicación, según lo relatado por Danny Gratton, compañero de habitación de Otto, al periódico The Washington Post.
Luego se supo que el régimen norcoreano acusaba al joven estudiante de haber robado un cartel de propaganda de un hotel de Pyongyang.
"La historia del cartel no se conoció hasta pocas semanas después. Las imágenes que Corea del Norte publicó estaban granuladas. Sólo mostraron que alguien bajaba el cartel, y ni siquiera se iba con él", declaró uno de los integrantes del grupo de viaje, bajo anonimato.
"El cruel y bárbaro régimen norcoreano asesinó a un inocente estudiante norteamericano de 22 años, y más importante aún, a nuestro querido amigo", agregó.
Finalmente, el joven estudiante fue condenado a 15 años de trabajos forzados acusado de "actividades hostiles". Washington denunció entonces una sentencia fuera de proporción con el crimen supuestamente cometido.
Otto permaneció detenido en la capital norcoreana durante un año y medio, hasta que el pasado 13 de junio fue enviado de regreso a Estados Unidos sorpresivamente. Otto estaba en coma con "daños neurológicos severos".
El pasado lunes 19 de junio murió en el hospital de la Universidad de Cincinnati, donde estuvo internado desde su arribo al país.
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