La crisis política se agudiza en Brasil. El presidente Michel Temer, acorralado por acusaciones de corrupción, ordenó este miércoles el despliegue del ejército en la capital ante una protesta masiva en su contra que acabó con violentos desmanes frente a ministerios.
Bajo el grito unánime de "Fora Temer", la manifestación convocada por la izquierda y los sindicatos congregó entre 45.000 y 100.000 personas, según las autoridades y los organizadores, respectivamente. Si bien comenzó siendo pacífica, distintos focos de violencia terminaron en fuertes enfrentamientos.
Los peores desmanes se produjeron en el Ministerio de Agricultura. "El edificio fue evacuado. Hubo una invasión en la entrada privada del ministro. Prendieron fuego en una sala, rompieron las fotos de las galerías de ex ministros y se enfrentaron con la policía", señaló una portavoz de la Asesoría.
"Algunas personas aún no consiguen salir del edificio porque la tropa de choque de la policía bloqueaba algunas entradas", agregó, añadiendo que había visto un policía herido.
El gobierno dijo que algunos manifestantes pusieron en riesgo la vida de empleados públicos al atacar con piedras y palos las dependencias oficiales. Y remarcó que la orden que implica el despliegue de 1.500 militares había sido tomada por el presidente, que lucha por su supervivencia política desde hace una semana.
La decisión suele tomarse para apoyar a la policía en momentos de seguridad crítica o en grandes eventos como los Juegos Olímpicos, pero es sensible en un país que vivió bajo la dictadura militar entre 1964 y 1985.
"Es una medida extrema del gobierno Temer y la señal clara de que se perdió el control, con consecuencias muy malas para nuestra democracia", dijo André Cesar, analista de la consultora Hold, en Brasilia.
En la misma línea, pero en un tono más moderado, se posicionó el senador Tasso Jereissati, del PSDB (centro-derecha), principal fuerza aliada a Temer.
"Para quienes vivimos la dictadura, la presencia militar es siempre una cosa que nos asusta", dijo el legislador, uno de los nombres citados para una eventual sucesión.
Una sesión de la Cámara de Diputados fue suspendida temporalmente después de que legisladores de la izquierda tomaron el podio del orador.
"Temer caerá. Todo el mundo dice que es un gobierno muerto", dijo la senadora del Partido de los Trabajadores (PT) Gleisi Hoffmann.
(Con información de AFP)
LEA MÁS: