Se viven horas de dolor en el Reino Unido tras el atentado de este lunes, que se cobró la vida de 22 personas. Este martes, a pocas horas del ataque terrorista perpetrado en el estadio Manchester Arena, miles de personas se congregaron en el centro de esa ciudad británica para rendir homenaje a las víctimas.
Durante el acto, organizado delante del Ayuntamiento, varios políticos locales y el jefe de la Policía, Ian Hopkins, condenaron el ataque que este martes fue reivindicado por el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) y destacaron la fortaleza de la gente de la ciudad.
Hopkins, que dirige la investigación sobre el atentado, fue muy aplaudido cuando agradeció su labor a los servicios de emergencia y también "a los ciudadanos de pie" que, tras lo sucedido, recibieron en sus casas a las personas extraviadas o que buscaban a sus seres queridos.
"Los residentes del área metropolitana de Manchester han demostrado al mundo su compasión, cómo nos cuidamos los unos a los otros y cómo nos preocupamos por aquellos que lo necesitan", destacó.
El lord mayor —un cargo político municipal— Eddy Newman aseguró que los ciudadanos "recordarán a las víctimas para siempre y desafiarán a los terroristas al trabajar juntos para crear una comunidad diversa y cohesionada".
Asistieron al evento, celebrado entre fuertes medidas de seguridad, el recién elegido alcalde del área metropolitana de Manchester, Andy Burnham, la ministra británica del Interior, Amber Rudd, y el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn.
La primera ministra, Theresa May, visitó por su parte, de forma privada, un hospital donde son atendidas algunas de las víctimas del ataque, entre ellas, niños que asistieron al recital de la cantante estadounidense Ariana Grande.
Pancartas con mensajes de solidaridad o con el símbolo de la abeja obrera –modesta y laboriosa– que se asocia con Manchester proliferaron en la plaza Albert, en un ambiente de calma y determinación para afrontar el futuro.
"He venido porque quería demostrar a los terroristas que no van a interrumpir nuestra vida", manifestó a la agencia EFE durante la vigilia Nick Smith, de 30 años, gerente de un restaurante que hoy ofreció al público café y bocadillos gratuitos.
"Estoy conmocionada", confesó Anne Durnham, una joven de 23 años que ayer se enteró del ataque por su compañero de piso, que es guarda de seguridad en el Manchester Arena.
"No lograrán destruir nuestro espíritu, aquí la gente es abierta y positiva, y eso no cambiará", agregó.
Su amiga Cynthia depositó, en un rincón, un ramo de flores, como los muchos que se acumulan en la vecina plaza de Santa Ana en memoria de las víctimas.
Sara Beaumont, una abogada de 32 años, asistió a la vigilia solidaria con su bebé de siete meses, Adam, y su enorme perro, Bob, porque "no hacerlo hubiera significado admitir una derrota, como un desaire a las víctimas".
"Mi marido me dijo que me quedara en casa, pero no he podido, pienso que es importante estar aquí", declaró.
Transcurrido menos de un día del atentado que dejó 22 muertos y al menos 59 heridos, la ciudad quedó sumida en un ambiente de tristeza.
Con información de EFE
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