El centrista proeuropeo Emmanuel Macron y la ultraderechista Marine Le Pen disputarán la segunda vuelta de las presidenciales en Francia, en las que el primero parte como gran favorito tras el castigo infligido este domingo en las urnas a los partidos tradicionales.
El resultado de la primera ronda es implacable. Por primera vez, en casi 60 años, la derecha estará ausente de la segunda vuelta y no habrá representantes de los dos grandes partidos que dominan la política desde hace medio siglo: los socialistas del presidente saliente François Hollande y los conservadores liderados por François Fillon.
"La derecha nocaut", titula en primera plana el diario conservador Le Figaro, calificando el resultado de "enorme oportunidad desperdiciada".
Según resultados casi definitivos del ministerio del Interior, Macron encabezó la primera vuelta con 23,7% de los votos delante de su adversaria de 48 años que obtuvo el 21,9% de los sufragios. Les siguen Fillon y el izquierdista Jean-Luc Mélenchon.
A sus 39 años, al frente de un nuevo partido, ¡En Marcha!, Macron, que no se considera de derecha ni de izquierda, ha ganado una arriesgada apuesta, y eso sin haberse sometido nunca antes al veredicto de las urnas. Su desempeño fue saludado por los mercados, que impulsaron al euro en señal de respiro mientras que la bolsa de Tokio se disparaba un 1,4% en la apertura.