La historia oculta del Palacio de Heliópolis, la faraónica mansión a la que regresa el dictador Hosni Mubarak tras su liberación

Los secretos del lujoso inmueble y cómo el gobernante logró que los egipcios pagaran los gastos de sus excentricidades

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El ex dictador Hosni Mubarak fue puesto hoy en libertad y abandonó el hospital militar donde estuvo recluido buena parte de los pasados seis años, desde que fue detenido tras la revolución que le derrocó.

El "faraón" fue arrestado en abril de 2011, poco después de haber sido obligado a dejar el poder, y ha permanecido desde entonces en la cárcel o bajo vigilancia en el hospital de las Fuerzas Armadas de Maadi, debido a su delicado estado de salud y su avanzada edad, 88 años.

Su puesta en libertad representa para muchos revolucionarios y activistas el final de los intentos de que se haga justicia por los abusos y la corrupción durante los 30 años de dictadura (1981-2011) y por la violencia durante la revolución del 25 de enero.

Ahora volverá a disfrutar de su palacete, una mansión símbolo de la corrupción de su gobierno.

La villa está ubicada en el barrio Heliópolis de El Cairo, a pocos metros del palacio de Ittihadiya, el viejo hotel del siglo XX que el ahora liberado dictador transformó en sus oficinas y hoy utiliza el actual presidente egipcio Al Sisi.

Según detalla El Mundo, la mansión en la que el faraón derrocado vivió desde 1981 es una fortaleza emplazada en la calle Halim Abu Seif y rodeada de puestos de control. Su residencia obligó a modificar los rieles de un tranvía cercano y clausuró la estación de servicio que funcionaba a pocos metros de allí.

Se trata de una villa absolutamente blindada. De hecho, sólo se conocen unas pocas fotografías del lugar. Fueron tomadas en enero de 2000, una década antes de aquella épica primavera árabe, cuando el matrimonio abrió las puertas de su hogar a la revista Paris Match.

Las imágenes muestran a unos relajados Hosni y Suzanne Mubarak paseando por los jardines, o sentados en la imponente sala. Incluso se lo puede ver al dictador haciendo deporte en una especie de gimnasio.

El diario español detalla la trama de corrupción que esconde el palacete. Su reforma y mobiliario costaron 125 millones de libras (unos 15 millones de dólares al cambio de entonces) procedentes de las arcas públicas.

A finales de 2000, unos meses después de que se tomaran las felices fotografías, el general Amr Jedr -un arquitecto que había trabajado durante 15 años en la constructora del ejército- fue nombrado secretario del presidente. Durante la década siguiente, sirvió como "supervisor de las residencias presidenciales para asuntos arquitectónicos" y trató de satisfacer todos los caprichos.

El Mundo detalla que cuando nacieron los nietos, Jedr se encargó de contratar a las empresas que reformaron un ala del palacio. Por deseo de sus moradores, adquirió un frigorífico de dos puertas de marca alemana; buscó una silla en la que Mubarak pudiera ejercer de abuelo y construyó un jacuzzi.

Todas las obras las pagaron los egipcios. Eran "gastos de mantenimiento".

El secretario/arquitecto sabía que estaba siendo parte de un hecho de corrupción así que preparó a escondidas copias de los documentos y los guardó. El tesoro contenía 1.007 recibos y su hallazgo puso al descubierto el entramado que durante años camufló la malversación de fondos públicos.

Pero el Palacete de Heliópolis esconde otro secreto. "Fue la residencia familiar desde 1979, cuando aún era vicepresidente, pero pertenecía al Estado. Fue vendida en secreto en 2002 a Suzanne Mubarak", indica Hosam Bahgat, el periodista que investigó el caso.

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