La Policía británica actuó rápido. No bien se produjo el ataque, comenzó la evacuación y la atención de los muertos y heridos. Mientras estas tareas se sucedían, las autoridades bloquearon la zona. Cerraron durante horas el Parlamento y bloquearon el área de Westminster con un perímetro de 25 cuadras.
Sólo policías y rescatistas podían pasar el vallado. Todo estaba cerrado.
El rápido accionar para preservar la escena del crimen sorprende, y más llama la atención la prolijidad del trabajo de los forenses.
Ataviados con ropa especial para evitar contaminar cualquier prueba, decenas de peritos fueron desplegados en la zona.
El accionar parece matemático. En hileras, hicieron un rastrillaje de la zona metro por metro.
Las imágenes muestran cómo avanzan de manera conjunta para garantizar que todo, pero absolutamente todo, sea revisado.
La policía, fuertemente cuestionada por no tener en la mira al terrorista Khalid Masood, en este caso cuidó hasta el más mínimo detalle para recolectar todo lo que pudiera sumar a la investigación.
Mientras, Scotland Yard realizaba redadas en Birmingham, de donde era el terrorista. Allí arrestó a 8 personas vinculadas con el atacante.
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