Tres arquitectos españoles, Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramon Vilalta, del estudio catalán RCR Arquitectes, fueron recompensados este miércoles con el prestigioso Premio Pritzker, considerado el equivalente al premio Nobel, pero de arquitectura.
Es la primera vez que tres personas son galardonadas conjuntamente con este premio, creado en 1979 para rendir homenaje al trabajo de un arquitecto en vida.
Aranda (55 años), Pigem (54) y Vilalta (56) juntaron en 1988 las primeras letras de sus nombres para fundar el estudio RCR en su pueblo natal de Olot, en Cataluña, una región autónoma en el noreste de España. "Cuando nos lo dijeron no nos lo esperábamos, ha sido una gran sorpresa, una gran alegría, como un sueño", dijo la arquitecta.
Formados en la escuela técnica superior de arquitectura del Vallès, cerca de Barcelona, el trío construyó una obra reconocida internacionalmente sin abandonar nunca su pequeño pueblo de Olot, conocido por su excepcional bosque de hayas y sus volcanes.
Sus obras tienen la sobriedad y los colores del cercano parque natural de la Garrotxa, como el acero oscuro, omnipresente de sus construcciones, que recuerda la roca volcánica de la zona.
"Es a partir de nuestro pueblo que comenzamos nuestro propio camino", explicaba ya en 2014 el marido de Pigem, Ramon Vilalta. "No porque quisiéramos tomar distancias, sino, sobre todo, para conservar nuestra manera de ser, de sentir", añadía ella.
Los miembros del jurado, citados en un comunicado, lanzaron un mensaje con tintes políticos: "Vivimos en un mundo globalizado donde debemos apoyarnos en influencias internacionales, intercambios comerciales, discusiones. Pero cada vez más gente tiene miedo de que a causa de estas influencias, perdamos nuestros valores locales, nuestro arte local, nuestra costumbres", dijeron.
"A veces, parece que se tiene que escoger entre lo local y lo internacional. En nosotros se puede entender que se puede estar muy vinculado a lo local y al mismo tiempo estar abierto al mundo. Y es muy bonito que el jurado lo haya reconocido", explicó Pigem
El trío reivindica la influencia de la escuela de arquitectura de Barcelona, que marcó los Juegos Olímpicos de 1992, pero también las esculturas de los españoles Eduardo Chillida y Jorge Oteiza, las pinturas del americano Mark Rothko y del francés Pierre Soulages o la arquitectura tradicional de Japón.
2014 fue el año de la inauguración de su mayor obra en Rodez, en el sur de Francia: un museo concebido para albergar las pinturas abstractas de Pierre Soulages.
Para Tom Pritzker, hijo del fundador del premio, citado en el comunicado, "su trabajo muestra una vinculación sin fisuras con un lugar y su historia, para crear espacios en diálogo con su contexto".
El Pritzker está dotado de 100.000 dólares y se les entregará el 20 de mayo en una ceremonia en Tokio.
En Olot, su estudio está instalado en una antigua fundición de arte, donde organizan numerosos talleres de "arquitectura y paisaje", que atraen a gente del mundo entero.