El domingo 30 de enero de 1972, hace 45 años, 14 manifestantes católicos desarmados fueron asesinados y 30 resultaron heridos en Derry, Irlanda del Norte, a manos del Primer Batallón de Paracaidistas del Reino Unido.
Esa tarde, inmortalizada como el "Domingo sangriento" -el mismo título que eligió el grupo U2 para una canción en la que recuerda el hecho- , los soldados abrieron fuego contra quienes se expresaban a favor de los derechos civiles y en contra del encarcelamiento sin juicio a los sospechosos de pertenecer al Ejército Republicano Irlandés (IRA, en inglés) en Irlanda del Norte, el territorio que quedó fuera de la República de Irlanda tras su independencia en 1922.
Mucho tiempo después, en 2010, un informe del juez Lord Saville para el gobierno británico concluyó que las muertes eran "injustificables" y generó un pedido de disculpas del entonces primer ministro, David Cameron, según consigna el periódico británico The Guardian.
La masacre se convirtió en uno de los episodios más oscuros en los 30 años de conflicto entre católicos independentistas y protestantes leales al Reino Unido que dejó como saldo más de 3.600 muertos en Irlanda del Norte y concluyó con el acuerdo de paz del Viernes Santo de 1998.
Desde entonces, la violencia se redujo considerablemente, aunque en los años siguientes, algunas facciones del IRA que no aceptaron el proceso de paz continuaron activas.
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