George W. Bush suele regalar momentos fotográficos únicos. En esta oportunidad, fue durante la ceremonia de asunción de Donald Trump en el Capitolio, donde una molesta y tenue lluvia interrumpió la comodidad de los invitados.
Como cualquier ciudadano a quien lo sorprende una precipitación, el hombre de Texas debió recurrir a un protector plástico para evitar mojarse. No tenía un paraguas cerca.
Sin embargo, el viento y el poco espacio para acomodarse no le hicieron un favor y provocaron que debiera luchar sobremanera para acomodárselo. Finalmente, mostró una sonrisa cómplice cuando logró librarse del incómodo cobertor.
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