La imagen del antes y el después muestra cómo la nieve sepultó la lujosa piscina climatizada (1, en la imagen) con vistas a la montaña. Nada queda de la entrada al hotel Rigopiano y tan sólo se divisan algunos pinos (2) de la entrada. La zona de la confitería de dos plantas, lindera a la piscina vidriada (3), también quedó bajo el alud.
Los socorristas buscan desesperadamente a 25 personas, entre ellas varios niños, que se encontraban en el hotel sepultado por una avalancha de nieve en la región del centro de Italia, sacudida también por una secuencia de fuertes terremotos.
Hacia el mediodía del jueves se habían recuperado tres cadáveres, extraídos de entre los escombros. "Hay muchos muertos", adelantó este jueves Antonio Crocetta, uno de los jefes de los socorristas alpinos que lograron acceder.
Los equipos de rescate, que tuvieron mucha dificultad para acceder a la zona por fuertes nevadas y ráfagas de viento, caminaron numerosas horas para llegar al lujoso hotel Rigopiano, aislado en la montaña, dentro del Parque Nacional del Gran Sasso, que fue golpeado por el alud del miércoles por la noche.
Imágenes tomadas por socorristas muestran restos de muebles, ventanas y otros objetos destruidos y desperdigados. "Nadie responde a los llamados", reconoció uno de los primeros socorristas en llegar. El hotel quedó "destrozado, ya no existe", agregó un bombero en declaraciones desde el sitio a la AFP.
El edificio de tres pisos se redujo a uno, cubierto por escombros, árboles caídos y vidrios rotos. La piscina cubierta se congeló tras la ruptura de la marquesina que la cubría.
Giampiero Parete, uno de los sobrevivientes, "llora, llora desesperado, está preocupado por sus hijos, de 6 y 8 años, y por su esposa Adriana", contó Quintino Marcella, restaurador y colega profesional de Parete, de 38 años.
Parete, que se encuentra hospitalizado en reanimación en Pescara, se encontraba junto a Fabio Salzetta fuera del hotel en el momento del alud de nieve, por lo que se refugiaron dentro de un automóvil, que también fue arrastrado por la fuerza de la nieve.
En el momento del alud había 30 personas dentro del hotel, entre ellos 22 huéspedes, varios de ellos niños, además de los empleados.
"No sabemos cuántos muertos o desaparecidos hay", señaló por su parte en su página de Facebook Antonio Di Marco, presidente de la provincia. "Lo que es seguro es que el edificio fue desplazado una decena de metros".
Según los pronósticos, se prevé nieve en las próximas 48 horas en las regiones afectadas del centro de Italia y el peligro de avalanchas ha aumentado de nivel.
La zona dista un centenar de kilómetros de Amatrice, sacudida el miércoles por una serie de terremotos. Era imposible saber, por el momento, si la avalancha fue provocada por uno de estos seísmos, que se sintieron hasta en Roma, situada a 180 kilómetros del epicentro.
"Estamos atrapados en una situación sin precedentes entre una ola excepcional de fuertes nevadas y los terremotos del miércoles", reconoció el jefe de Gobierno, Paolo Gentiloni, quien adelantó su regreso de Alemania para visitar el centro de operaciones de la Protección Civil en Rieti.
"Por el mal tiempo, pedimos a la población que no salga de su casa, y por el terremoto, que se vayan de sus hogares", explicó Fabrizio Curcio, responsable de los servicios de Protección Civil, que tiene que hacer frente a dos emergencias.
Las regiones de Los Abruzos, Lazio y Las Marcas fueron también las más afectadas por los sismos del año pasado, que causaron 300 muertos así como derrumbes de edificios históricos y aldeas enteras arrasadas, por lo que buena parte de la población vive en condiciones precarias.
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