Luego de una nueva rebelión en la que este domingo murieron 26 prisioneros, el control de la cárcel de Alcaçuz, ubicada en la región metropolitana de Natal, sigue en manos de los reclusos, según informa el diario brasileño Folha de Sao Paulo.
La mayoría de los presos rebelados se mantienen libres en un pabellón de unidad, controlado por la facción Primer Comando de la Capital (PCC), de San Pablo, uno de los grupos delictivos más grande del país.
En tanto, un grupo de policías permanece en una especie de patio que separa a ese ala del centro penitenciario de otras dos comandadas por el Comando Vermelho, de Río de Janeiro, otra de las organizaciones criminales más grandes del país.
Durante este lunes se pudo observar a un número de reclusos en los techos de la prisión. Tanto de un lado, como del otro.
El periódico local indica que los miembros del PCC están armados y pretenden invadir otras dos áreas del complejo penitenciario.
Una guerra sangrienta entre facciones que luchan por el control del narcotráfico ya se cobró la vida de 115 reclusos en diferentes prisiones de Brasil en los últimos días.
En tanto, en el Presidio Provisional Professor Raimundo Nonato Fernandez, también en Natal, hubo este lunes otra rebelión e intento de fuga sofocado por la policía en tres horas, sin que se reportaran muertos ni heridos.
Por otro lado, dos prisioneros murieron también el lunes en un enfrentamiento con la policía, luego de fugarse el día anterior de la Penitenciaria Estatal de Piraquara, en Curitiba.
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