El paso del huracán Matthew por los Estados Unidos dejó a varias regiones con severas inundaciones, destrucción de casas y árboles caídos. Carolina del Norte fue uno de los Estados más afectados por las aguas y miles de personas recibieron órdenes de buscar zonas altas a medida que las inundaciones por el huracán se mueven corriente abajo.
En los Estados Unidos hubo más de 30 personas fallecidas, 19 de ellos en Carolina del Norte. Las autoridades reportaron conductores arrastrados junto con sus vehículos por el agua y un hombre cuyo auto fue aplastado por un árbol. Las pérdidas ascienden a los USD 10 mil millones de dólares.
En la ciudad de Greenville, las autoridades advirtieron que el río Tar superará todos los puentes en el condado para cuando acabe el día. Con tono de disgusto, el gobernador Pat McCrory pidió a la gente que deje de resistirse a las órdenes para desalojar y evite rodear barricadas que bloquean caminos inundados.
En esa ciudad se ordenó la evacuación de alrededor del 10% de los 90.000 habitantes. "Como gobernador, esto es inaceptable. No sólo están poniendo en riesgo su vida, sino también la de los socorristas", dijo McCrory.
Los socorristas rescataron en helicópteros de la Guardia Costera a personas atrapadas en los tejados y utilizaron vehículos militares para llegar adonde estaban otras, entre ellas, una mujer que permaneció tres horas arriba de un árbol después de que su vehículo quedó bajo el agua.
En otro dramático rescate, una mujer que subió con su pequeño hijo al techo de su auto fue puesta a salvo cuando las aguas aumentaban de nivel, situación que pone de relieve la velocidad con la que Matthew causó estragos en un territorio a unos 160 kilómetros de la costa.
El huracán dejó más de 1.000 muertos en Haití. Además, hubo víctimas en los estados norteamericanos de Florida, Georgia, South Carolina y Virginia. En Florida hubo 8 víctimas fatales por el fenómeno climático.
Los equipos de rescate regresaron a las labores en todo el estado, donde se prevé que al menos tres ríos alcancen niveles récord, y algunos seguirán subiendo hasta el viernes.
En Lumberton, una de las zonas más castigadas, un patrullero iba con dos policías del condado Robeson por una calle inundada a bordo de un Humvee el lunes en la noche cuando se enfrentaron con un hombre que tenía un arma, dijo en un comunicado el teniente de caminos, Jeff Gordon.
La localidad de Princeville de 2.000 habitantes que desapareció en las aguas del río Tar durante el huracán Floyd de 1999, fue evacuada el domingo. Según previsiones, el caudal de ese río se elevaría 5,10 metros arriba del nivel de inundación para el lunes en la noche, situación jamás vista desde aquella tormenta.
La magnitud del desastre en Carolina del Norte todavía no se conoce con certeza, pero parece que miles de casas quedaron dañadas y la inundación pone en peligro a muchas más.
Bomberos voluntarios en camiones con ruedas enormes avanzaban en medio de las inundaciones, después que las lluvias torrenciales del huracán Matthew provocaron el desborde del río Lumber en la planicie costera de ese estado.
Los socorristas todavía no han llegado a los autos sumergidos ni saben precisamente cuánta gente está desaparecida o muerta, dijo la directora de emergencias local, Stephanie Davis.
El reverendo Volley Hanson dijo que le preocupaba que la falta de agua potable y de electricidad pudiera poner a las personas al límite. El condado Robeson, que abarca Lumberton, registró en 2014 la tasa más alta de delitos violentos en ese estado.
"El dinero va a terminarse. Ya tenemos personas que andan vendiendo en las calles agua, coca colas y cigarrillos. Dan el paquete de cigarrillos a siete dólares", señaló Hanson. "Es una locura, y va a ponerse peor".
Mientras subía el nivel las inundaciones, Carolina del Norte parecía estar cerca del caos, su estación de policía estaba cerrada, se escuchaban disparos esporádicos y las autoridades temían que otras comunidades pudieran terminar de la misma manera.
Fotos: AP y Reuters.
Con información de AP.