La travesía de aquellos que arriesgan su vida en navíos precarios librados a la intemperie, en un intento desesperado para alcanzar las costas europeas desde el norte de África, quedó nuevamente retratada en una serie de fotos divulgadas esta semana.
La mayor tragedia ocurrió el martes en un navío de madera atestado de gente. La embarcación que debía llevar a hombres, mujeres y niños lejos del hambre y los conflictos que castigan a su países de origen, se transformó en un cementerio de cuerpos apilados.
El buque español Astral, de la ONG Proactiva, encontró el martes una embarcación de madera a escasas millas de la costa de Libia en la que, al parecer, se había desatado un incendio. Hallaron al menos 22 cadáveres.
"Murieron por asfixia, creemos que al intentar salir del interior. El barco había derivado hacia aguas territoriales libias debido a las corrientes y al tiempo que se necesitó en las tareas de rescate", detalló la activista Laura Lanuza, quien destacó que el Astral estaba solo en la zona.
El fotógrafo de AFP Aris Messinis, que se encontraba a bordo del Astral, relató que "el barco era de madera" y que "había cerca de mil personas en tres plantas". Además, señaló: "Yo subí y logré contabilizar 22 muertos pero había más en la bodega".
Hacia las 22 (20H00 GMT), los rescatistas del Astral dieron el relevo a miembros de la marina italiana para sacar a los supervivientes y recuperar los cadáveres, contó el reportero.
El martes, un total de 4.655 inmigrantes fueron rescatados en una serie de 33 operaciones, que se suman a otras 6.000 durante el pasado lunes.
Además de la Guardia Costera y la Marina Militar, una nave irlandesa, dos remolcadores privados y medios de la agencia europea para la protección de la frontera exterior (Frontex) participaron en las operaciones que se llevaron a cabo en el Canal de Sicilia, que separa la costa meridional de Italia de África del Norte.
También prestaron auxilio organizaciones humanitarias como los MOAS de Malta, Life Boat, la española Proactiva Open Arms y Watch the Med.
La mejora de las condiciones meteorológicas provocó el aumento del flujo migratorio desde el norte de África, especialmente desde Libia. Esta nueva oleada de llegadas se produce tres años después de la llamada "tragedia de Lampedusa", un naufragio ocurrido el 3 de octubre de 2013 en el que murieron 366 inmigrantes.
Según cifras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), un total de 300.450 inmigrantes y refugiados llegaron a Europa por mar en lo que va del año. Cerca de 166.000 desembarcaron en Grecia y otros 130.000 en Italia.
Según el organismo, 3.500 inmigrantes murieron en su intento de alcanzar suelo europeo.
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