El papa Francisco llegó por sorpresa este martes a la localidad arrasada de Amatrice, para manifestar su apoyo a los sobrevivientes del terremoto de 6,2 grados que golpeó el centro de Italia el pasado 24 de agosto y dejó casi 300 muertos.
El Pontífice llegó al pueblo a las 9.10AM (07H10 GMT) y se dirigió primero a los módulos que fueron instalados para que los jóvenes pudieran volver al colegio. Saludó al equipo docente y a los alumnos, que suman un centenar.
"Desde el primer momento, sentí la necesidad de estar aquí. De rezar con vosotros. De mostrar mi cercanía", fueron las palabras del pontífice a su llegada a Amatrice, según el canal de noticias de la televisión pública Rainews24. "En este momento de tristeza y dolor, sigamos adelante mientras recordamos a nuestros seres queridos que murieron aquí bajo los escombros. Recemos por ellos", agregó.
El sumo pontífice había anunciado su intención de viajar a Amatrice unos días después del sismo que causó casi 300 muertos. Será una visita de "carácter privado, solo, como sacerdote, obispo, Papa. Pero solo. Así quiero que sea",señaló el último domingo el Pontífice en el avión que lo traía de regreso de un viaje de tres días a Georgia y Azerbaiyán.
Después de la escuela, el papa Francisco se dirigió a la zona más afectada por el terremoto, denominada "zona roja", cerrada al público por el riesgo de derrumbe, en compañía del obispo de Rieti, Domenico Pompili. El Pontífice pudo comprobar la magnitud de los daños materiales en el pueblo donde murieron más de 230 personas.
Un total de 1.800 personas afectadas por el sismo siguen alojadas en carpas u hoteles de la zona, según un último balance comunicado por la protección civil en septiembre pasado.
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