Enrique Iglesias también quiso ser cronista del huracán Irma en Miami

El cantante se subió a su vehículo y grabó con su teléfono móvil cómo quedó la ciudad tras el paso del fenómeno

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Enrique Iglesias -quien lleva más de una década residiendo en Miami junto a su pareja, la ex tenista Anna Kournikova- salió con su camioneta por las calles de Miami para comprobar con sus propios ojos los devastadores efectos del paso del huracán Irma por Florida.

A través de su perfil de Instagram, el artista compartió varios videos grabados con su teléfono móvil que no dejan lugar a dudas sobre la virulencia con la que Irma llegó al estado.

Iglesias expresa su gran tristeza al ver el desolador panorama. "Es muy triste, es muy triste lo que está pasando en Miami", se le escucha decir al hijo de Julio Iglesias en una de estas grabaciones mientras contempla una fila de árboles en la acera.

En otro de los breves clips aparece Iglesias al volante de su vehículo y conduciendo con sumo cuidado para evitar ser arrastrado por la corriente de agua.  

Sus seguidores lo regañaron por considerar una "imprudencia" lo que hizo.

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, declaró este lunes el estado de catástrofe natural para Florida. El fenómeno ya dejó al menos 27 muertos en su paso por el Caribe y los Estados Unidos, donde tres personas fallecieron este domingo.

El famoso bulevar comercial de Lincoln Road, un epicentro turístico en Miami Beach, estuvo inundado por cerca de 30 cm de agua. En las calles hay árboles y carteles caídos.

Más de 3 millones de inmuebles en Florida quedaron sin electricidad. Es decir, un 27% del estado está a oscuras. Uno de los condados más golpeados fue Miami-Dade.

La firma eléctrica de Florida, FPL, ya tiene preparado un "ejército" para restaurar la energía en próximas semanas. Alistó a más de 17.000 técnicos para resolver los problemas lo antes posible.

Irma tocó tierra la madrugada del domingo en los Cayos de Florida, en el extremo sur del estado, a donde llegó con fuerza de categoría cuatro y vientos máximos sostenidos de 134 millas por hora, para luego volver a tocar tierra, más debilitado, en Marco Island, en la costa oeste de la península.

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