'Narcos' se metió en el sorteo de la Champions League con una ironía polémica

La serie que se estrena en pocos días irrumpió en el sorteo de la liga de clubes de Europa

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El 1 de septiembre Netflix dará acceso a sus suscriptores a una nueva temporada -la tercera- de la popular y exitosa serie Narcos, donde narra la historia del narcotráfico en los 80 y 90 de los poderosos cárteles de Medellín y Cali, en Colombia. Desde Pablo Escobar Gaviria hasta los hermanos Rodríguez Orejuela, la producción se mete en cada uno de los rincones de la vida colombiana: justicia, política y hasta fútbol.

Es por eso que no quisieron pasar inadvertidos ayer, cuando se realizó uno de los máximos eventos de la temporada futbolística, pero en Europa: el sorteo de la UEFA Champions League. Los productores decidieron realizar una jugada arriesgada, dejando entrever la corrupción del fútbol en los más altos niveles y la relación entre el narco y el deporte.

Simulando una escena que se dio 15 minutos antes del sorteo de la Champions —seguido en vivo por millones en todo el mundo— Narcos irrumpió en los entretelones siendo parte de un viejo mito respecto a los arreglos en la conformación de grupos. Allí puede verse a dos sicarios con un secador de pelo que calientan una de las bolas que será elegida por los conductores del show.

El diálogo entre los delegados de los cárteles es de lo más divertido:

Apurate, culicagao, esto está a punto de comenzar. Metele perrenque a esta huevonada. Vení, dale a esta bola.

– Ya, ya, señor, ya voy. Es que no entiendo. Este secador está lleno de botones…

– ¡Tapalo, tapalo que estás haciendo mucha bulla! Serás maricón. Malparida, gonorrea esta.

– Verá señor, es que no veo nada con esta luz de mierda.

– ¿Qué hacés, huevón? Lo pusiste en frío, esta bola hay que calentarla. Déjate de huevonadas, que yo no quiero estar aquí toda la puta noche.

– Ya, ya, señor. Discúlpeme. Déjeme, señor, que ya lo soluciono.

– ¡Hacele, pues!

– …

– Listo. Esta era la última.

– ¿Sabe qué estoy pensando, patrón? Creo que deberíamos cambiar de negocio. Esto da más plata y como mucho te puedes quemar un dedo.

– Sí, claro… ¡huevón!

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