Los productores de un nuevo documental sobre la princesa Diana dicen que permite conocerla mejor. Los detractores señalan que es pura explotación de su imagen, pero según un ex guardaespaldas de Diana, a ella le hubiera complacido que sus grabaciones sinceras se transmitieran en Gran Bretaña por primera vez.
Amigos de la difunta princesa han criticado fuertemente la decisión de un canal británico de emitir grabaciones privadas en las que habla con franqueza sobre su matrimonio infeliz con el príncipe Carlos, su vida sexual, su ira ante la amante de su esposo y su amor por otro hombre.
Pero Ken Wharfe, protector oficial de Diana entre 1986 y 1993, dice que la princesa fallecida en 1997 apreciaría la oportunidad de ser escuchada.
"Le encantaría", dijo Wharfe a The Associated Press en una entrevista el miércoles. "'Por primera vez', diría ella, 'la gente de hecho está escuchando y oyendo lo que estoy diciendo'".
Diana fue una gran estrella en vida — princesa, favorita de los tabloides, ícono de la moda y voluntaria de obras de bien — y rara vez ha estado fuera de las noticias desde su sorpresiva muerte en un accidente automovilístico en París hace 20 años. Pero generalmente se la ve a través de los ojos y las palabras de otros.
"Diana: In Her Own Words" (Diana: En sus propias palabras), que se transmite este domingo por Channel 4, incluye tramos de grabaciones hechas por el entrenador de voz de Diana Peter Settelen en 1992 y 1993, justo después de la separación de Diana y Carlos.
Fragmentos de las cintas fueron transmitidas por la cadena estadounidense NBC en 2004, pero nunca se habían exhibido en Gran Bretaña.
Las grabaciones se hicieron para ayudar a Diana a practicar hablar en público mientras se lanzaba por cuenta propia en una carrera dedicada a las obras de bien. En cámara, luce relajada y con ganas de contar su lado de la historia.
Relata los torpes intentos de Carlos por cortejarla — "Trataba de seducirme como una fea erupción" —, y de su vida sexual dice: "Una vez cada tres semanas, y luego decayó".
También cuenta que se "enamoró profundamente" en los 80 de su guardaespaldas Barry Mannakee, quien luego murió en un accidente de motocicleta. "Ese fue el gran golpe de mi vida", dice Diana.
Cuenta que confrontó a su esposo y Parker Bowles en una fiesta, un momento que, según Wharfe, marcó "el verdadero principio del final" del matrimonio real. "Ella se dio cuenta de que no había chance de reconciliación", dijo. "Solo había una dirección y era el divorcio".
La intimidad de las conversaciones ha generado críticas de algunas personas cercanas a Diana. Su amiga Rosa Monckton dijo que el material "no debe ser del dominio público". "Es una traición a su privacidad y a la privacidad de la familia", dijo al periódico The Guardian.
Channel 4 dijo que las cintas son una "fuente histórica importante" y los temas cubiertos "un asunto del dominio público".
Los videos han tenido un camino tortuoso. En 2001 fueron confiscados por la policía británica durante una redada a la casa del exmayordomo de Diana, Paul Burrell, quien fue acusado de robarle a la princesa.
El caso contra Burrell fue luego abandonado. La familia de Diana presentó un reclamo legal de las grabaciones pero eventualmente se las devolvieron a Settelen.
Su muerte desató una efusión pública de dolor en Gran Bretaña y alrededor del mundo. La familia real, cuya estoica reticencia de pronto pareció ajena a la realidad, se ha ablandado desde entonces.
Los príncipes Guillermo y Enrique han hecho campaña contra los estigmas hacia las enfermedades mentales, hablando de sus propios padecimientos tras la muerte de su madre, cuando apenas tenían 15 y 12 años
Wharfe, que la próxima semana publica un libro sobre el tiempo que trabajó con la princesa, dice que el documental es un recordatorio valioso del papel de Diana en "la remodelación de la monarquía".
"Ellos están retomando el camino exactamente donde su madre lo dejó", dijo Wharfe. "A mi parecer, la reina — hasta el día de hoy — y otros miembros de la familia real tienen mucho que agradecerle a Diana".
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